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¡Irritante!

Os preguntaréis el por qué de la presencia en el blog de este símbolo naranja que tan habitualmente nos encontramos en envases de detergente y líquidos similares. Como el título bien indica, es el símbolo para indicar irritación, aunque el tema acerca del que voy a divagar ahora no tiene precisamente relación con esas irritaciones dérmicas. Es más bien irritación en el sentido más negativo y contundente de la palabra: irritación como, básicamente, mala hostia provocada por algo que no agrada.

¿Qué tipo de cosas son esas que me causan irritación, sea cual sea el contexto e independientemente del momento o de mi propio humor? Pues confeccionaré una breve lista.

- Las personas que no justifican sus escritos, entradas de blog, trabajos para clase, documentos profesionales, lo que sea. En serio, es un diminuto botoncito en tu editor de texto, él lo hará por ti, no es demasiado trabajo. Tienes la decencia en el texto a un click de distancia. A esto he de añadir el odio que me produce que los textos no tengan sangrías ni espacio entre párrafos. Me sangran los ojos.

- Los que no saben comportarse en lugares públicos, especialmente en medios de transporte. No es agradable que, en un autobús, la persona de al lado lleve su móvil con la música a todo volumen, generalmente de pésimo gusto. En serio, cambiad de hábitos o de gustos musicales.

- Las personas que afirman estar en contra de las drogas y abusan del alcohol hasta límites insospechados. Si para vosotros un poco de hierba es droga y quien la consume ya pasa a ser persona non grata y, sin embargo, os bebéis una botella de vodka en un abrir y cerrar de ojos... en serio, debéis replantear vuestras ideas y convicciones. ¿En qué punto a la sociedad se le ha olvidado que el alcohol y el tabaco también son drogas?

- El maldito clima de este grotesco país colonizador. Francamente, comer mientras anochece es absolutamente deprimente. Aunque uno acaba por acostumbrarse y casi es normal vivir durante más horas de noche...

- Los carteles de "sonría, está siendo grabado". Creo que esta es autoexplicativa.

- Olvidarme de cómo se usan las palabras y los adjetivos en mi lengua natal. Si al menos tuviese una fluidez increíble con el inglés, pero ni siquiera eso. No soy una hablante útil de ninguna de las dos lenguas.

- Los que te destripan las películas. Eso es el infierno.

Creo que, para ser una mañana de domingo, este blog ya ha destilado suficiente odio. Otro día seguiré con mi lista de acciones, sucesos y actitudes irritantes.
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Shine on you crazy diamond

Remember when you were young, you shone like the sun.
Shine on you crazy diamond.
Now there's a look in your eyes, like black holes in the sky.
Shine on you crazy diamond.
You were caught on the crossfire of childhood and stardom,
blown on the steel breeze.
Come on you target for faraway laughter,
come on you stranger, you legend, you martyr, and shine!
You reached for the secret too soon, you cried for the moon.
Shine on you crazy diamond.
Threatened by shadows at night, and exposed in the light.
Shine on you crazy diamond.
Well you wore out your welcome with random precision,
rode on the steel breeze.
Come on you raver, you seer of visions,
come on you painter, you piper, you prisoner, and shine!
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Los Misfits - reflexionando de nuevo.


De nuevo me siento con ganas de hablar de este grupo sobre el cual ya divagué hace ya algunos meses en esta entrada. Aunque, bien pensado, tal vez no sean ganas de hablar sobre los Misfits. Quizá es simplemente que siento la imperiosa necesidad de escribir una entrada "con cuerpo" para nutrir este blog y los Misfits han sido lo primero que me llegó a la cabeza cuando me propuse plantarme aquí delante para llevar a cabo dicha tarea. Pienso, es decir, afirmo que se debe a que pasé largo rato en la ducha con el American Psycho de fondo.

En fin. Los Misfits. El inicio del horror punk, este subgénero musical que, en mi opinión, no se ciñe sólo a la música sino que abarca muchos otros ámbitos y terrenos y, desde luego, ha cultivado un enorme elenco de fans a lo largo de su desarrollo.

Intentaré no divagar en exceso. Creo que mi opinión sobre los Misfits ha cambiado desde aquella primera entrada sobre ellos. No es que me gusten más ni menos, aunque es probable que más, simplemente es que mis perspectivas ahora son diferentes. Sigo pasando horas escuchando una y otra vez la misma lista de canciones suyas, bien sea prestándoles toda la atención que merecen y escarbando en las letras para llegar a alguna conclusión... o simplemente como "música ambiental". Los Misfits son un gran acompañamiento, y sé que cuando vuelva a la rutina de los autobuses seguirán amenizando mis despertares. Los Misfits me siguen resultando herméticos de muchas maneras, indescifrables, extraños, peculiares. Aunque ahora los tengo más estudiados, más destripados de alguna manera. Voy comprendiendo algunas de sus canciones, incluyendo la inefable Helena. Y cuanto más interpreto o creo entender, más me gustan, desde luego.

Seamos sinceros. Desde un punto de vista técnico, la música no es esencialmente buena. Los ritmos se repiten de forma más o menos regular, con los cambios propios de un estilo, de un grupo y de los diversos miembros que lo han compuesto a lo largo de su historia. No tienen buenos instrumentos y, dependiendo de su etapa, ni siquiera un buen vocalista. Sin embargo, han tenido a Danzig, han tenido a Michale Graves. Han tenido excepciones fabulosas como Helena, confirmando que, de proponérselo, pudieron llegar a ser absolutamente increíbles.

Quiero, desde aquí, lanzar un silencioso réquiem personal por esta banda que ya no es ni mucho menos lo que era. Ahora, es decir, en el 2004 con su Project 1950, se dedican a versionar canciones de esa década... y el resultado no es muy adecuado. Suenan demasiado extraños. Desvirtúan a grandes como Presley -entre otros-, han decidido utilizar saxofones, Jerry Only no es siquiera una sombra de lo que fue Danzig y, en general, los Misfits han mutado en algo que... ya no son los Misfits. Prefiero dejarlos como estaban en los 90 y quedarme con esa idea, ese concepto. Genialidad. Horror Punk. Horror Punk que no está muerto, nunca lo ha estado.
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Esperanza

La esperanza es la segunda alma del desdichado.

Johann Wolfgang von Goethe
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Pausa

Me permito once días de licencia para no escribir en este blog -aunque quizá lo haga, quién sabe- porque mi otra mitad viaja a esta isla a compartir un buen montón de horas y experiencias conmigo. Estaremos ocupados y disfrutando de estas merecidísimas vacaciones juntos.

Al fin Birmingham va a tener sentido...
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Añoranza




Echo de menos a estos pequeños seres antropomorfos de resina que, con el tiempo, se convirtieron en mis compañeras de juego, en algo como una tabula rasa para saciar mis ansias de aprender a hacer nuevas cosas con las manos -coser, pintar, fotografiar, dibujar, incluso esculpir-, en algo que hacía más bonito mi cuarto y me animaba al llegar a casa... es curioso, pero estas muñecas son mis amigas. Echo de menos contarles mis cosas en silencio, abrazarlas cuando nadie me miraba. Pero muy pronto volveré con ellas...
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Trataron de herrarle y cerró las tijeras
no fue a cal y canto, quedaba la punta
de untar las heridas,
sirvieron de lienzo las horas perdidas,
es el antojo del ojo que ve
cómo muere solo a través de la misma mirilla
de la misma puerta que quiere romper,
es una mano intentando coger
del amor algún pedazo y los tacones
en la nuca de la vida,
manzana podrida, quijada de Abel,
que se entretiene desabotonando las claras del día
para verte bien.
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Vodevil

Life's but a walking shadow, a poor player that struts and frets his hour upon the stage and then is heard no more: it is a tale told by an idiot, full of sound and fury, signifying nothing.

William Shakespeare
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Cautivada por un cuento

Shrinivas, como se llamaba, desconocía el acompañamiento verbal del acto de amor cubano, pero parecía haber estudiado el Kama Sutra sin saltar una página. Fue la primera vez que hice el amor, la primera vez que me lo hicieron. Hacer el amor. Esa expresión cobró una vida en mí después de aquel encuentro, sólo comparable con la de haber entendido, ante la visión de un ser humano, el origen de los ojos de las imágenes indias [...]. Casi al amanecer, abrazados, entre dormidos y despiertos, sosegados, despacio aprendimos los olores mutuos, las fragancias del pelo. Las manos deleitadas recorrían un cuerpo hasta ayer ajeno y que de pronto formaba casi parte del otro [...]. regresamos al cuarto para el café en la cama y al subir la cortina de la ventana, no esperando ver el sol, ausente aquella mañana, sino a alguno de los pajaritos que en ocasiones se posaban en los árboles del patio al cual daba el apartamento, tuvimos ante nosotros una escena de cuento de hadas. La lluvia helada de la noche anterior, incrustada en las ramas desnudas, creó un jardín de encaje translúcido. Resulta imposible traducir en palabras el esplendor de la visión. Ciertas sensaciones sólo pueden ser apreciadas a través del sentido que les corresponde, y la brillantez de aquellos árboles de la calle Mott, únicamente presenciándola. El hielo estaba ajustado tan parejo a las ramas, que parecían haber sido sumergidas en una gran tina de diamante líquido y ya embellecidas, devueltas a los troncos, como se cubren las manzanas de caramelo, sumergiéndolas en una olla de almíbar.

Shrinivas comenzó a hablar de él allí, frente a la ventana, y sus confesiones, su voz llegando desde el fondo de sí mismo, fueron el momento de mi deslumbramiento. Fue comenzar a hacer el amor de verdad. Lo demás había sido preámbulo. Su capacidad para la intimidad me era desconocida [...].

Shrinivas me contó sus sueños con transformaciones, siempre con transformaciones. Yo le conté los míos con peces en el mar, con peces de cartón, peces que trataban de nadar en el piso de mosaico blanco y negro del baño, peces dorados aplastados sin querer bajo mis pies [...].

Las conversaciones se mezclaban con besos. Llorábamos, compadecidos uno del otro y con los ojos enrojecidos nos entregamos al amor de nuevo. Las confesiones diluyeron mis defensas y creo que las de él también. Yo, tan difícil de entregarme por más que lo fingiera, me sentí suya y lo sentí mío y me dejé hacer y él se dejó también. La fuerza de las caricias lastimaba. Boca arriba, boca abajo, acostado sobre mi espalda lo sentí dentro de mí y entré yo en él con mis manos que recibió gustoso. Expuesta a su mirada inmensa mi desnudez, la disfrutaba. En abandono total, no puse condiciones a la entrada de su cuerpo en el mío, ni de su alma en la mía. Fuera de mi ser, en orgasmos que parecían durar eternidades, enormes mar pacíficos abrían de un sólo golpe enfrente de mis ojos cerrados. No es una metáfora, vi las flores cada vez que me vine y fui feliz.

Era una dulzura jamás saboreada que quería conmigo para siempre, para siempre. Pero aquel encuentro no fue puerta abierta por donde pasar a tiempos felices, fue más bien rendija, regalo de la vida por donde atisbar la felicidad. Y pude verla, la vi. Lejana y fugaz, mas de allí en adelante la busqué, segura de que existía.

Las historias prohibidas de Marta Veneranda - Sonia Rivera-Valdés

Tenía que compartir este fragmento con alguien. Lo leí de mañana, con una taza de chocolate caliente para desayunar y el sol calentándome los hombros. Y me iluminé. Me pareció bellísimo, impecable, increíblemente dulce y narrado con una dulzura infinita. Menciona muchas cosas sobre las que he reflexionado últimamente: la magia del sexo, el sentir por primera vez el amor, la percepción de la felicidad, la relevancia de una intimidad adecuada. Con algunas de las cosas que dice Sonia estoy de acuerdo, con otras, desde luego, no. Leed, disfrutad y juzgad si así lo deseáis.

En cuanto al título de la entrada, la explicación es la siguiente: en mi trayectoria como futura filóloga y ferviente lectora de todo lo imaginable, me encuentro con que es ya muy complicado que una historia me cautive o me atrape. Esta compilación de cuentos lo ha conseguido, como casi todo lo que estoy leyendo en este curso. Algo bueno tendría que tener Inglaterra.

Rag Doll



¿Tendrá este año Sally las Navidades que se merece?

¿Volverán a incendiarse las flores que con tanto mimo ha recogido entre sus dedos?

¿Volverá a pasearse por el cementerio en ruinas, lamentando su suerte?

¿Tendrá su final de cuento de hadas o, por el contrario, retornará a la pesadilla?

¿Le augura el futuro un tierno beso bajo la luna con su huesudo amado?

¿Habrá regalos? ¿Habrá sorpresas? ¿Habrá risa o habrá llanto?
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Disconnected

Look at the dead outside my window
Wonder what's on their mind?
Why do they run?
They all seem to have a mission
But then they cry themselves to sleep

You receive what you give
And this is like nothing
I feel like shit
But at least I feel something

Is this all you meant to be?

Their marks in the pavement
You've walked this route too many times
What if I changed the signs?
Would you even take notice?

Is this all you have to give?
So... March... Straight jacket union...
So... March...
In chains - surrender
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De nuevo...

Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.

William Shakespeare
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Reflexiones

El amor es una fuente inagotable de
reflexiones:
profundas como la eternidad,
altas como el cielo
y grandiosas como el universo.

Alfred de Vigny

Humo


Humo. La señal de que aquello de lo que procede se está consumiendo rápidamente.

Últimamente he pensado mucho en lo efímero de todo. En realidad, cada uno de nosotros se consume y se desvanece en pequeñas y desesperadas bocanadas de humo. Las relaciones humanas son frágiles porque siempre domina el egoísmo, la falta absoluta de empatía. La propia raza humana es débil, nuestra vida es un simple arco trazado en papel de seda. Acercad un mechero. De lo más hermoso, lo más vital... nos convertimos en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. La vida es efímera, no es de extrañar que sea tarea ardua y titánica encontrar a alguien; encontrarnos a nosotros mismos.

A pesar de este rápido viaje por la tierra en que consiste la vida, es importante mantener la entereza, los Ideales. Ignorar todo aquello que incurra en un daño a nuestra persona, dejar atrás esos enormes Errores que tratan de perseguirnos y hacer que nos consumamos entre sus garras, en definitiva, romper con lo anterior tantas veces como sea necesario para poder tejer un futuro en que sólo brille un sol, sin nubes, sin niebla que entorpezca nuestros pasos.

Es hora de ponerse la armadura, de que el acero nos haga más pesados que el humo, de anclar los pies en la tierra o en los sueños -lo mismo da-, de mirar hacia el frente con fiereza y dignidad, de no volver la vista atrás para no convertirnos en estatuas de sal. Es hora de luchar, de seguir, de levantarse una y hora vez hasta que los Ideales sean, al fin, palpables. Es hora de olvidar que somos humo.