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Ballard observaba cómo este ballet se arqueaba, se arremolinaba y revolvía el barro entre la nieve y cómo la deliciosa sangre manaba a borbotones ahí en su hológrafo de batalla, cómo un pulmón desgarrado reventaba salpicando, la sangre negra del corazón, molinete y pirueta, hasta que sonaron tiros y todo se acabó. Un perro joven jugueteaba con las orejas del jabalí y otro yacía muerto con las tripas deshechas y rojas esparcidas sobre la nieve, otro aullaba y se arrastraba.

Cormac McCarthy - Hijo de Dios
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Letanías de Satán

¡Oh tú!, el más sabio y el más hermoso de los Ángeles,
Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

¡Oh, Príncipe del exilio al cual se ha agraviado,
Y que, vencido, siempre te yergues más fuerte!

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas,
Curandero familiar de las angustias humanas,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que, aun a los leprosos, a los parias malditos
Enseñas por el amor el gusto del Paraíso,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

¡Oh, tú, que de la muerte, tu vieja y fuerte amante,
Engendras la Esperanza, —una loca encantadora!

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que infundes al proscripto esa mirada serena y altiva
Que condena todo un pueblo alrededor de un patíbulo,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que sabes en qué rincones de las tierras envidiosas
El Dios celoso oculta las piedras preciosas,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú, cuya clara mirada conoce los profundos arsenales
Donde duerme sepultado el pueblo de los metales,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú, cuya larga mano oculta los precipicios
Al sonámbulo errante en el borde de los edificios,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que, mágicamente, ablandas los viejos huesos
Del borracho retardado hollado por los caballos,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que, para consolar al hombre débil que sufre,
Nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que pones tu impronta, ¡oh!, cómplice sutil,
Sobre la frente del Creso implacable y vil,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Tú que pones en los ojos y el corazón de las rameras
El culto de la llaga y el amor de los andrajos,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Báculo de los exiliados, lámpara de los inventores,
Confesor de los ahorcados y de los conspiradores,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!

Padre adoptivo de los que en su negra cólera
Del paraíso terrestre arrojó Dios Padre,

¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!


Plegaria

¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas
Del Cielo, donde tú reinas, y en las profundidades
Del Infierno, donde, vencido, sueñas en silencio!
Haz que mi alma un día, bajo el Árbol de la Ciencia,
Cerca de ti repose, a la hora en que sobre tu frente
Como un Templo nuevo sus ramas se desplieguen!

Charles Baudelaire - Letanías de Satán
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Dorian Grey

- [...] cuéntame más sobre el señor Dorian Grey. ¿Cada cuánto le ves?
- Cada día. No podría estar feliz si no le viera cada día. Me es absolutamente necesario.
- ¡Qué extraordinario! Pensaba que jamás te importaría nada salvo tu arte.
- Ahora él es para mí todo mi arte- dijo el pintor, con gravedad-.

Oscar Wilde - El cuadro de Dorian Grey

Al igual que Basil, me encuentro en un mundo en que el arte me parece la sublimación de lo humano, algo por y para lo que vivir. El arte por el arte, el arte sin un propósito claro, el arte para satisfacción del artista y para culminar un propósito vital. Sin embargo, en la apolínea belleza de Dorian ha encontrado Basil un nuevo motivo para proseguir con su ocupación: ha conocido la juventud, la hermosura. Basil ha conocido el amor.

Mi ocupación, desde luego, no es crear arte, sino amarlo y observarlo. Y, de la misma manera que Basil, puedo decir que he encontrado a mi Dorian Grey, a la encarnación de la belleza y las virtudes humanas. Algo que importa tanto como el arte, que es arte a fin de cuentas: el Amor, la perspectiva de lo Eterno, la Belleza infinita. El estaque de las carpas y las pequeñas mariposas enjauladas en seda.

Yo no deseo que mi Dorian deposite su alma en un lienzo. No necesito que su juventud y su belleza se preserven, inmaculadas, por siempre. Quiero que su alma sea Siempre mía, que su juventud siga como el más dulce recuerdo, que su belleza evolucione a la par que lo hagamos Nosotros para ser, cada día con más intensidad, lo que hemos sido Siempre: la encarnación verdadera del Arte.
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Sexo

Es que el sexo no es para gente escrupulosa. El sexo es un intercambio de líquidos, de fluidos, saliva, aliento y olores fueres, orina, semen, mierda, sudor, microbios, bacterias. O no es. Si sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en una parodia estéril de lo que pudo ser. Nada.

Pedro Juan Gutiérrez - Trilogía sucia de la Habana
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Lament

Lament for my cock
Sore and crucified
I seek to know you
Aquiring soulful wisdom
You can open walls of mystery
Stripshow

How to aquire death in the morning show
TV death which the child absorbs
Deathwell mystery which makes me write
Slow train, the death of my cock gives life

Forgive the poor old people who gave us entry
Taught us god in the child's praye in the night

Guitar player
Ancient wise satyr
Sing your ode to my cock

Caress it's lament
Stiffen and guide us, we frozen
Lost cells
The knowledge of cancer
To speak to the heart
And give the great gift
Words Power Trance

This stable friend and the beast of his zoo
Wild haired chicks
Women flowering in their summit
Monsters of skin
Each color connects
To create the boat
Which rocks the race
Could any hell be more horrible
Than now
And real?

I pressed her thigh and death smiled
Death, old friend
Death and my cock are the world
I can forgive my injuries in the name of
Wisdom Luxury Romance

Sentence upon sentence
Words are the healing lament
For the death of my cock's spirit
Has no meaning in the soft fire
Words got me the wound and will get me well
I you believe it

All join now and lament the death of my cock
A tounge of knowledge in the feathered night
Boys get crazy in the head and suffer
I sacrifice my cock on the alter of silence

The Doors - Lament