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Hasta luego

En vista de mi incapacidad para escribir o publicar algo que entre dentro de los límites de lo aceptable, me marcho unas semanas o unos meses de este blog. Hasta que vuelva la "inspiración" o quién sabe.
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Alegría

Siento que las palabras nunca serían suficientes para describir, analizar y comprender todas esas cosas, esos pequeños momentos que configuran una dosis de alegría diaria y, a su vez, derivan, inevitablemente, en una existencia feliz.

Y puesto que una imagen vale más que mil palabras...

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Vuelta al negro

Escombros se había convertido en un lugar poco inspirador, un rincón extraño, una parcela en el mundo virtual que ya no consideraba mía. Echaba demasiado de menos ver el autoformato de esta plantilla de blog. Negra, simple; con espirales y mariposas de color magenta.

Esta noche Koi necesita mucho cariño. Se desplaza por el agua entre débiles coletazos. Su salud le ha fallado, pero a ello se une la tristeza de recordar aquel Vodevil que fue eterno en tiempos hermosos. Ahora el telón no se alza con la frecuencia de antaño. El actor principal ha olvidado lo feliz que le hacía sentir aquella máscara, lo magnífico que era lograr, con su magnifica verborrea, que el público enardeciese. No recuerda lo inmenso que fue y sigue siendo. No recuerda su poder, pero debe recuperarlo. Sólo de esta forma el pececito azul podrá seguir chapoteando felizmente hasta las puertas del Dragón.
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Lope

FINEA: ¡Amor, divina invención
de conservar la belleza
de nuestra naturaleza,
o accidente o elección!
Extraños efectos son
los que de tu ciencia nacen,
pues las tinieblas deshacen,
pues hacen hablar los mudos;
pues los ingenios más rudos
sabios y discretos hacen.
No ha dos meses que vivía
a las bestias tan igual,
que aun el alma racional
parece que no tenía.
Con el animal sentía
y crecía con la planta;
la razón divina y santa
estaba eclipsada en mí,
hasta que en tus rayos vi,
a cuyo sol se levanta.
Tú desataste y rompiste
la escuridad de mi ingenio;
tú fuiste el divino genio
que me enseñaste y me diste
la luz con que me pusiste
el nuevo ser en que estoy.
Mil gracias, Amor, te doy,
pues me enseñaste tan bien,
que dicen cuantos me ven
que tan diferente soy.
A pura imaginación
de la fuerza de un deseo,
en los palacios me veo
de la divina razón.
¡Tanto la contemplación
de un bien pudo levantarme!
Ya puedes del grado honrarme,
dándome a Laurencio, Amor,
con quien pudiste mejor,
enamorada, enseñarme.

La dama boba - Lope de Vega
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Pokémon

Ya son varias ediciones de este juego las que pasan por mis manos y cada una me gusta más que la anterior. No sé por qué. Los combates, aunque simples, descargan adrenalina. Además el maldito jueguito te hace pensar. Me gusta.

Y, a fin de cuentas, uno descubre que los algunos videojuegos son mucho más gratificantes -¡con diferencia!- que la mayor parte de la gente.

¿Triste? Claro. ¿Cierto? También.