0
Show me a promised land and i will go anywhere
And if you ask me to take my time i'll wait for years
I'll hold on though the whole world tells me i'm wrong
Someday, someday
But it seems so long

Ask me to prove my love and i will do anything
So if they turn off the light of the sun why should i care
I'll hold on thought the whole world tells me i'm wrong
Then in the morning as you leave me
You touch my hand to show how much you care
But just when i need you
You won't be there

I'll hold on but i need a shoulder to lean on
Why if you love me must you leave me
Why are you going anywhere
Why must our love be something in the air
Cause just when i need you
You won't be there
You won't be there
0
No quiero perderme la realidad, pero quiero dormir. Dormir para ser libre de mis pensamientos al menos unas horas. Libre de toda preocupación y de tener el alma entre alambre de espinos. Y realmente no quiero encadenarme al sueño. Quiero poner las cartas sobre la mesa, enfrentarme al ayer, al ahora y al mañana. Y sé que no servirá de nada. Esperar con paciencia y tesón, ¿a qué? A que el tiempo siga su curso y no deje nada más que podredumbre, miseria y vacío.
0
El ser humano lleva a cabo una lucha diaria por continuar con su vida -que, en realidad, no es otra cosa que un arduo camino hacia la muerte-. El mundo aún no se ha terminado y tampoco lo hará en un futuro cercano.

Lo único que queda es seguir adelante. Con apoyo o sin él. Con otros o solo. No importa. La muerte acecha. Todos queremos darle esquinazo. No se merece que alguien deje una vida en sus manos. La meta, si lo pensamos bien, está realmente cerca.
0

El matadero

Hay un solar,
una galera de teja.
Es casa sin paredes.
Los muebles: varas de tarro
atadas de pilar a pilar.
Las cortinas, de carne olisca,
las alfombras de cuero estacado.
Casa acalambrada, hedionda…;
casa mala, de matar la res;
rastro, rastro de sangre…
Hay charcos rojos en el suelo.
Hay postes con ergástulas:
altares del Diablo
donde adoran rezando las moscas
negras,
rizadas como barbas de mono,
barba que se desplaza como gusanos
de gusanera.

En el solar hay tres palos mochos
donde se están, llorando apersogadas
las víctimas.
La res presiente la muerte,
avisada por el zumo
de su propia sanguaza.

El matador
es un hombre gordo,
bofo,
de voz delgada (voz amujerada)
y delantal overo,
en rojo barrioso
y amarillo-verde
de huevo-huero y bilis.
Es panzón y sonríe
con boca de chancleta.
Tiene manos peludas
y atamaldas.
¡Qué pobre hombre feo
y espantoso!,
si Dios lo perdona…,
¡que lo perdone!…
Amanece
con un quinqué y un cuchillo
largo, largo…
Anda entre berridos
arrastrando su sombra
larga larga…
Le ayudan dos mozos
descamisados,
prietos como él.
Le siguen los pasos
tres perros
gordos, gordos, pesados y sanguinolentes
como él.

Esta casa es una llaga
en el cerro.
La mantienen los dianches,
la custodian los zopes
en largos retenes,
por turnos,
entre graznidos y pleitos
y aletazos de escoba rota,
sobre los pedregales
y los basureros.

Un día el matador
se ahogará con su propia saliva,
alzando los brazos y dando trapiés,
rojo de asfixia.
Caerá donde destazan
y está mojado-caliente,
sanguinolente,
pestilente.
Un día se vendrá el temblor,
o el huracán, o el incendio
y la casa maldita
perecerá entre el polvo y el humo
y la res no llorará ya
nunca más, nunca más, nunca más…

Salvador Salazar Arrué - El matadero

0

Imaginación

Víctor: Al contrario, me salva. ¡Bendita imaginación! Mi único consuelo es cabalgar en ella y lanzarme por el espacio infinito hacia la región de lo ideal, del pensar libre y sin ninguna traba. Delirando a mi antojo, construyo mi vida conforme a mis deseos; no soy lo que quieren los demás, sino lo que yo quiero ser. No me importan las leyes porque allí las hago todas a mi gusto. Me instalo en el planeta más hermoso. Soy rey, semidiós, dios entero; amo y soy amado.

Benito Pérez Galdós - La de San Quintín