Me gustan cosas extrañas.

Pues sí, me gustan cosas raras, como mujer y como persona. Bueno, no es tanto que las cosas sean raras como que de sus consecuencias se extraigan conclusiones bizarras. ¿Algún ejemplo? Claro, muchos.

Los tacones. Me encantan los zapatos de tacón, creo que son algo sumamente femenino, sugerente e incluso erótico -no es casualidad que haya tantas web "porno" únicamente con pies-. Además, le dan un toque elegante a casi cualquier tipo de ropa, y le sientan bien a todas y cada una de las mujeres de este mundo. Sin embargo... ¿qué viene después? Los dolores de espalda, el acortamiento de tendones del pie y posibles esguinces y demás leñazos derivados de caídas. Porque nadie es infalible en tacones, muy especialmente si hay alcohol de por medio.

El maquillaje. Para diario, desde luego, no es una constante. Soy física y mentalmente incapaz de levantarme a las 7 de la mañana y aplicarme algún producto en la cara. Simplemente... no puedo. Y sin embargo, adoro el maquillaje, me encanta pintarme siguiendo el refrán popular: "como una puerta". Sobre todo los ojos. Me gusta aplicar sombras de colores, fundirlas, hacer mezclas interesantes o curiosas, incluso arcoiris. Y en cambio... llegar un sábado de madrugada, desvestirse, meterse en la cama y reposar hasta muchas horas después no tiene precio. Y si vas maquillada, eso no funciona. Hay que dedicar al menos 15 minutos para deshacerse de toda esa mascarada. Y esos 15 minutitos son, creedme, cruciales. Cada segundo te duele como un puñal, y sólo quieres abrazar tu almohada y olvidarte de todo lo que has bebido.

Las pelis de miedo. Absurdo. Disfruto mucho teniendo miedo, creo que algo semejante nos ocurre a todos. Es una especie de catársis, y es incluso mejor que la risa. Muy efectivo, desde luego. Pero la parte mala es... que luego no puedo dormir. Simplemente no puedo, me acojono, pienso que me va a salir cualquier bicho raro de la cama. ¿Irracional? Por supuesto, porque tengo muchísimas más posibilidades de que me caiga un tiesto en la cabeza o me mate un asesino en serie que de que aparezca el payaso de Saw en la puerta de mi habitación.

Soy imbécil, lo reconozco. Qué le vamos a hacer. Seguro que muchos también tenéis este tipo de aficiones con consecuencias poco recomendable, pero seréis lo suficientemente inteligentes para no reconocerlo públicamente en la red. Yo aún no sé por qué he escrito todo esto, así que lo publicaré antes de arrepentirme. ¡Buenas tardes!

4 comentarios:

Flame dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Flame dijo...

Eres rara por eso te queremos :)

Anónimo dijo...

Estás a tope chica, no me da tiempo a leer todas tus entradas dia a dia XD
Ultimamente estoy viendo un cambio de la gente hacia el frikismo, dentro de poco los que no hagan cosas frikis seran los raros.
;)

PD: Hace poco me di un atracon de pelis de zombis, deberias verlas, son tan malas que dan risa(ya creare una entrada sobre ellas)

Tamara Ferrero dijo...

Pues peliculas de serie Z...
Raro el sabado que no me quedaba en casa de los amigos para ver peliculas, en su mayoria chinas jajaja, de hace tantisimos años y malas....asta decir basta.
Eso si, he decubierto que el estalone, antes de darse a conocer con rambo, protagonizo una pelicula de este estilo, para no detallar mucho, era muy Carmageddon^^
Lo de los tacones, pues que es una verdad universal.

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