Espantapájaros

Como muchos sabréis, tengo una extraña fijación con todo lo que tenga que ver con los espantapájaros. No he llegado a descubrir el por qué -menuda contradicción-, pero es un personaje que, insertado en una película o un escrito, me resulta absolutamente fascinante y cautivador. Y es que hay tantos espantapájaros en nuestra historia actual...

Hagamos un breve recorrido. A Tim Burton debe de ocurrirle algo parecido, porque en casi todas sus películas logra que aparezcan espantapájaros... pensemos en Pesadilla antes de Navidad, donde el propio Jack es casi un espantapájaros; o Sleepy Hollow y sus escalofriantes figuras con cabeza de calabaza, que tenían algún tipo de papel en el hilo conductor de la historia. Otro espantapájaros archifamoso es aquel adorable individuo cantarín de El mago de Oz, que ansiaba, ante todas las cosas, poseer un cerebro entre toda aquella paja (incongruente, a fin de cuentas, porque viendo lo visto todos seríamos más felices sin ningún tipo de materia gris). Este personaje, a mi juicio, es decisivo en el papel del espantapájaros en el cine (sí, estoy hablando de esto como si realmente fuese algo serio), todos lo recordamos, tanto como a los demás seres curiosos de esa obrita maestra del cine. Dorita, desde luego, se vio muy bien rodeada a pesar de que sus acompañantes carecieran de cosas supuestamente "esenciales". Y uno de mis espantapájaros favoritos es, sin lugar a dudas, aquel entrañable y misterioso individuo que sale en El castillo ambulante (grandísima película, por cierto). Aparece y desaparece a voluntad y cuando el espectador menos se lo espera, y llegado a un punto sólo te queda reconocer que es un personaje totalmente imprescindible. Sólo al final sabemos sus motivaciones: es un príncipe encantado que se ha enamorado locamente de Sophie, una muchacha a la que un embrujo ha transformado en una anciana. Parece ser que el espantapájaros es el único que, desde el principio, sabe captar y apreciar la verdadera naturaleza de Sophie.

Hace muchos meses me encontré por la red un cortometraje sobre, adivinad... ¡espantapájaros! Ayer volví a recordarlo y, por supuesto, tuve que buscarlo. La historia es tremendamente sencilla, pero a la par contundente; quizás algo kitsch, pero visualmente precioso y, sobre todo, con una fuerte carga emocional y moral. No sé si os gustará, pero al menos coincidiréis conmigo en que, a pesar de ser humanos, no somos tan diferentes de un montón de paja y tela. Aquí os dejo el enlace.

2 comentarios:

Lauryna dijo...

Los espantapajaros me dan miedo...:S, no me gustan nada de nada... lo siento.

Anónimo dijo...

Me encantó el corto!!! Además yo de pequeño tuve un cuervo^^.

Los Espantapájaros son una creación genial y más en el arte, son absolutamente polifacéticos. Valen para inspirar terror, para humanizarlos y que sean como nosotros, como recurso cómico...

Son realmente muy interesantes^^

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