Privación de funciones básicas

Si mal no recuerdo, hace tiempo escribí una entrada sobre lo frustrante que me estaba resultando no escuchar nada por uno de mis conductos auditivos -todo aquello se resolvió con relativa rapidez: tan sólo era una masa grotesca de mocos envolviendo tiernamente mi tímpano-.

Hoy vuelvo a quejarme de algo semejante, pero en este caso -por suerte- no es el oído la zona afectada. Ayer todo mi cuerpo decidió hacer ¡plop! y empezar a doler, sin mucho sentido. La nuca, la espalda, los brazos, los tobillos, la cabeza, la garganta: síntoma de vejez prematura, quizá. Tras una buena noche de descanso, los dolores de han ido. Sin embargo, y como era de esperar en mi imperfecta constitución, han quedado reminiscencias: mi voz se ha ido apagando hasta no ser más que un ronco susurro con aires de cazalla. En efecto: estoy ronca. Hablo como un camionero. Me salen gallos. No puedo ni gritar. Resumiendo, me veo privada de una de las cosas de más me maravillan de la existencia humana: el habla.

Por hacer un resumen de la moraleja que guardan estos hechos tan cotidianos, os diré que nunca sabemos lo mucho que nos hacen falta nuestras funciones habituales hasta que alguna de ellas decir jodernos un poco y dejar de hacer lo que debe.

Para Reyes pediré que me hagan las mejoras pertinentes para ser un T-800 (sí, sé que hay modelos más chulos e innovadores, pero no tan carismáticos).

1 comentarios:

YePs dijo...

Tamos guapos todos de viejos(y lo escribe el mas joven)...
Lo de ser un terminator, elige ser una TX(terminatrix), no me gustaría que te convirtieras en Arnold XD
http://www.youtube.com/watch?v=QRw1fc4dcq0

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