
En el mar son las olas las que coronamos con pequeños y brillantes adornos de sal. Son quienes mandan, quienes se enzarzan en grotescas batallas sobre el dominio del océano, entrechocan, se entrelazan, se fusionan, lanzan a la atmósfera su violento rugido y, tras sus últimas escaramuzas, sus últimas heridas, se calman, se desperezan, se desenvuelven, se tranquilizan y rozan con despreocupación y suavidad la arena. La acarician, la atraen contra sí, la mecen con ternura y regresan a sus orígenes, al ruido, a la ferocidad marítima, a ser el reflejo de un mundo hostil y a demostrar, sin embargo, que una ola es un fenómeno puro, esclarecedor, hipnótico, majestuoso, elegante, sinuoso, magnífico, enorme, poderoso. Las olas, sí, las olas son las reinas.
Fotografía: deviantArt
1 comentarios:
Y es algo tan maravilloso cuando sus colores se funden con el cielo y puedo oler tu cabello salpicado por los aromas de salitre...
Me encanta escuchar junto a ti el delicado rugido del mar y como va retozando hasta llegar a la orilla...
Siempre ahí, Siempre junto al Cielo Azul Eterno, Siempre como Nosotros, Siempre Libre (L)
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