La Diosa

Janis no necesitaba ser hermosa. No necesitaba maquillaje, no necesitaba joyas ni ropa elegante. Janis no necesitaba un cuerpo perfecto ni un cabello sedoso.

Janis ya tenía en su poder lo más bello: su voz, su música, su blues. Janis tenía ese arranque desgarrador en su interior. La Diosa sedujo a Morrison, a Hendrix, a Cohen. Sedujo al mundo entero con su voz, encendió llamas y fundió los polos.

Y Janis se fue de la mano de otra diosa blanca y una botella de Southern Comfort.

Tu blues sigue vivo, Diosa. Siempre.


Oh! But it don't make no difference, babe, hey,
And I know that I could always try.
There's a fire inside everyone of us,
You'd better need it now,
I got to hold it, yeah,
I better use it till the day I die.

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