Félicien Rops: Dios los cría...

... Y, efectivamente, ellos se juntan. Me disgusta comenzar con esta desafortunada cita una entrada dirigida a un personaje al que admiro, pero me parecía inevitable. Y es que así es: Baudelaire, Mallarmé, Joris-Karl Huysmans, Barbey d'Aurevilly, Moreau, Péladan y Rops.

Félicien Rops: belga asentando en París. Ilustrador, pintor, litógrafo. Masón. Ferviente defensor de la libertad artística y, desde luego, condenado por sus contemporáneos. En la producción de Rops tenemos paisajes, caricaturas, dibujos cómicos, bordados incluso. Sin embargo, ¿son estas imágenes, sin duda alguna adecuadas a los estándares de la época, las que recordamos hoy? Por supuesto que no. De Rops tenemos todo lo sexual, lo satánico; tenemos la perversión, la lujuria, lo lascivo y sucio, la condena de la mujer, el culto al ángel oscuro. En Rops tenemos un reflejo de lo más bajo -y, por ende, lo más real- de la sociedad, y no sólo de la suya: sus pinturas, en nuestro siglo, siguen teniendo la misma carga conceptual. Quizá más. Dicen que un clásico lo es precisamente por preservar sus valores a lo largo del tiempo, por hacerlos inmortales. Rops lo ha logrado con su obra, a pesar de ser un desconocido absoluto entre el ciudadano de a pie. Cualquier podría decirnos un par de cosas sobre Van Gogh, sobre Degas, sobre Picasso o Velázquez. ¿Qué tiene Rops que lo convierte en un ser tan distinto?

Rops ilustró Los despojos de Baudelaire -contribuyendo, seguramente, a la censura en Francia de esta recopilación de poemas-. También se encargó de crear desasosegantes portadas para Las diabólicas de Barbey. En mi mente, Rops se encarna en un individuo tranquilo, despojado de toda posible ligadura a lo convencional, ajeno a las reglas de lo social y de lo que debía ser -y nunca fue-. Félicien Rops fue un hombre valiente, sin duda. Quizá fue estúpido al correr tanto riesgo, pero... gracias a esto, tenemos hoy brillantes imágenes que conmueven la vista, la mente y, muy especialmente, el espíritu. El diablo. Los santos. Mujeres con alma de ménades. Sufrimiento, dolor. Y pasión. Sobre todo, pasión.


Ilustración para Las diabólicas.


La dama de las burbujas.

Pornócrates.

El calvario.

La tentación de San Antonio.

El sacrificio.

La mujer y el pelele.

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