One day of early spring
A snowman melts
I drink it
Kenjiro Higashi
Siempre me ha fascinado el haiku. Quizá se debe a que casi todo lo tradicional, lo típico de un pueblo o cultura que ha prevalecido a través de los tiempos, me fascina. Quizá se debe a que son tan breves, tan rápidos, que pasan como una diminuta chispa, dejándote con muy buen sabor de boca y con ganas de más. O quizá sea mera cuestión de gusto poético, no sé. El caso es que el arte del haiku me resulta apasionante.
No pensemos que estos pequeños poemas son fáciles de componer por su extensión y su ausencia de rima, nada más lejos. Yo lo intenté en su momento. Es complicado buscar las palabras, escoger las sílabas con precisión y, sobre todo, buscar ese movimiento, ese vaivén entre las letras que te sube de repente en una barca, te marea, te eleva, te llena la cara de gotitas de salitre y te deposita de nuevo en tierra. El haiku es arte, y como toda forma de arte, es un proceso complejo con un resultado fabuloso si se hace bien.
Me encanta. Me encanta la plasticidad de estos poemas, la calma que transmiten, su invariable enlace con lo natural, lo sencillo, esos pequeños placeres que a veces tanto nos cuesta explicar. A propósito de pequeños placeres... creo que un haiku al día -o quizá cien- nos puede sacar una sonrisa o, al menos, recordarnos que ahí fuera, donde uno menos lo espera, siguen existiendo cosas hermosas.
An old pond
a frog jumps in.
Sound of water.
Matsuo Basho
The sea at springtime.
All day it rises and falls,
yes, raises and falls.
Buson
2 comentarios:
Haikus.
Otra de esas cosas maravillosas de la que apenas sé pero el escaso conocimiento que poseo sobre ellos, me encanta.
Como con todo, lo ideal sería leerlo en su lengua madre para alcanzar la plenitud que está implícita en sus palabras, pero con calma y paciencia...
Hemos de comprar un libro enorme con 100 000 haikus^^
P.D. : Me ha gustado el símil de la barca, el salitre...
yo intenté escribir haikus una vez, eran mierda...
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