Perdida en Albión

Como bien dijo un día alguien a quien admiro enormemente, estoy "perdida en la pérfida Albión". O, lo que es lo mismo, haciendo el primer cuatrimestre del cuarto curso de filología hispánica en Birmingham, Reino Unido, gracias a una beca Erasmus.

¿Cuáles son mis impresiones hasta el momento? Bien, llevo aquí exactamente cinco días. La gente es extremadamente amable, coopera siempre que es posible y tratan de hacerte sentir como en casa. La comida es... bueno, por mi zona todo lo que encuentro son pequeños tugurios de comida rápida y restaurantes asiáticos de todo tipo, yo cocino mis propios platos -recetas generalmente inventadas o recibidas en el legado del "recetario del pequeño fartón"- en casa. El piso donde estoy está bien, enormérrimo, mis compañeros de piso son, por suerte, encantadores y colaboradores. La parte fiestera es extraña, no me acostumbro a salir pronto y llegar pronto, aunque las fiestas en casas ajenas tienen mucho encanto. La universidad... bueno, digamos que el campus es una grotesca ciudadela plagada de edificios que establecen poca consonancia unos con otros, aunque, de nuevo, la gente es extremadamente amable y las clases muy amenas. El centro de Birmingham es un amasijo de tiendas, olores, putiferios y personas de todos los tamaños, colores y formas. Creo que me gusta. En general, creo que esta ciudad me gusta, y no cabe duda de que la experiencia está resultando muy grata. También he de destacar que el caminar tanto a todos los sitios me está haciendo adelgazar, y que estoy aprendiendo a pasos agigantados a cocinar, limpiar, fregar, hacer coladas, ocuparme de la casa y de mis cosas y, en general, a ser independiente y a aprender gracias al fantástico método de ensayo y error. En eso consiste todo en esta vida, en ensayo y error, especialmente si has de adaptarte en muy poco tiempo a un nuevo país, con sus costumbres, su gente. Y además, sola. Sin nadie que me guíe, me ayude o me indique qué debo hacer. Aquí estoy sola.

Y, sin embargo, toda esa soledad se desvanece cuando entro en esta habitación. Aquí tengo mis cosas. He elegido un edredón en tonos azules -para que me recuerde todo lo que amamos el azul eléctrico-, he cubierto una pared con fotos suyas, nada más despertarme veo su bandera de Pink Floyd, el incienso de cannabis y sea breeze me traen recuerdos de "casa", ¡incluso he comprado un gel de baño de sales marinas para que también eso me acerque a todo lo que he dejado en España! Os preguntaréis por qué entrecomillo la palabra casa. Seguro que todos y cada uno de vosotros tenéis un lugar sólo para vosotros, en el que poder ser vosotros mismos y sentiros cómodos, en calma. En definitiva, vuestro hogar. Supongo que la esencia de ese término cambiará con cada mentalidad, y que hogar es algo aplicable a una casa, un lugar, una habitación, un pequeño espacio, cualquier cosa. Mi casa es una persona, un individual, una mente concreta, un par de ojos oscuros, una sonrisa magnífica. Mi casa no está en Birmingham, tampoco está en el lugar donde habitualmente vivo con mis padres. Mi casa es él. Mi casa lo es todo, mi hogar, mi refugio. Es el sitio donde perderme cuando todo va mal, y también cuando todo va muy bien. Es con quien compartir llantos y sonrisas, con quien hacer locuras, con quien brillar, con quien navegar y remar en contra del viento, en cualquier parte. Mi casa está donde él esté. Yo no tengo más bandera ni más nacionalidad. Quizá debería cambiar mi apartado de correos y hacer que apunte hacia su corazón, donde realmente habito siempre, sin importar donde se encuentre mi cuerpo.

Birmingham tiene muchas cosas buenas, y con toda certeza escribiré mucho más acerca de esta nueva vivencia. Sin embargo, sabed que no estoy lejos: sólo tenéis que buscarle a él. Allí estaré yo, siempre presente, siempre respirando cerca de su oído aunque mi cuerpo se encuentre a miles de kilómetros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hay algo que signifique jugar sucio, debería llamarse "Perdida en Albión".

Cuando esté allí, a tu lado, me encargaré de subyugar esa ciudadela ante ti y de que tenga un estilo uniforme.

El Recetario ha de seguir medrando, ya recibirás más recetas pronto, amor. El olor a putiferio es el olor del pecado... en Amsterdam está tan presente que incluso puedes empujarlo...

'Home, I'd like to be here when I can' Ya sabes que la crisis que tuve al volver de Alemania, provocó esa gran epifanía. Nunca pertenecí a ningún sitio y ahora sólo quiero estar 'Deeply inside your womb'.

Tamara Ferrero dijo...

Ahhhhh koi, cielo, ser independiente es lo que tiene, aunque no se es del todo independiente asta que no se tiene una casa propia y vives sola con tu pareja etc, en todo caso, se hace con gusto, por que, es TU CASA as, sin más.
Sobre recetas, si tienes internet alli (si escribes sera que es asi)tienes un tesoro,pues ya sabes que tb hay recetas a montones.
Ve poco a poco.
Por lo demas me alegro de que estes bien, no dejes que la tristeza de la soledad te inunde, sabes que tienes gente que te quiere, aunque estar lejos de ellos es, se quiera u no, triste.
Un besazo Koi.

Publicar un comentario