Waiting for the worms

Hacer un click y que de repente se paseen ante mis ojos, en un torrente infinito, todo aquello que una vez estuvo. Los dulces, el toro, la electricidad, el carrusel. Los ángeles, las máscaras, un set list arrugado. Música que poseímos. Nada en el televisor y recuerdo aquellas noches. Sigo teniendo intuición y no erré, nunca lo hice.

Hoy te lamentas en un pedazo de cartón cuadrado y blanco, lleno de pinceladas de ceniza y de todo cuanto dejamos atrás. Se deja todo. Equipaje, sonrisas, la hierba, esa mirada salvaje, los deseos de volar. Resuena todo desde el lado izquierdo y permanece a mi lado, no hay nadie en casa, pero permanecerá siempre, hoy es parte de mi cuerpo: es plasma, hemoblogina, músculo. Es el silencio, es la risa, es la indiferencia a la que me obligo, es buscar un refugio, es no saber el por qué de cada palabra porque te las llevaste todas contigo para arrojarlas a un mar helado. La sal nos hace pudrirnos un poquito cada día y ya solamente queda un pez morado. Nada en soledad, trazando círculos, haciendo ondear sus aletas.

Nunca supe dónde te dolía. No supe detener el dolor. Y, mientras poco a poco nos dábamos cuenta, el humo fue devorando cada verano, cada sueño y cada infancia.

Hey you, out there on your own
Sitting naked by the phone
Would you touch me?
Hey you, with you ear against the wall
Waiting for someone to call out
Would you touch me?
Hey you, would you help me to carry the stone?

0 comentarios:

Publicar un comentario