If the mountains should crumble to the sea, there would still be you and me.
TY
If the mountains should crumble to the sea, there would still be you and me.
Echoes
Quizá somos esos extraños, esas miradas que no comprenden. Puede que, desde lo alto, mil aves apunten con sus garras hacia nuestros ojos. Laberintos lacados. Una celda vacía de la que se ha escapado alguien que solía amar antes de pudrirse y morir. No hay canciones de cuna ni caricias en la mañana. Todo tiene el perfume de la ceniza.
El faro no altera su giro bajo el alarido del viento. La luz de la mañana aletea sobre los rizos de las olas. Escucho los tambores. No sé si hablan de mi derrota o me susurran tu victoria. No importa. Alzo el estandarte y elevo mi cuerpo hacia los astros. Me recorren la luna y el sol. Baten los cristales. Se cierra cada ventana. Resuena un aullido desesperado, desgarrador, mortal. Se apagan las llamas y las estrellas. Se cierran las cortinas y me vuelvo con la marea, muy lentamente, mientras camino sobre laberintos de coral.
Overhead the albatross hangs motionless upon the air
And deep beneath the rolling waves
In labyrinths of coral caves
The echo of a distant tide
Comes willowing across the sand
And everything is green and submarine.
And no-one called us to the land
And no-one knows the wheres or whys
But something stirs and something tries
And starts to climb towards the light
Strangers passing in the street
By chance two separate glances meet
And I am you and what I see is me
And do I take you by the hand
And lead you through the land
And help me understand the best I can
And no-one calls us to move on
And no-one forces down our eyes
And no-one speaks and no-one tries
And no-one flies around the sun
Cloudless everyday you fall upon my waking eyes
inviting and inciting me to rise
And through the window in the wall
Come streaming in on sunlight wings
A million bright ambassadors of morning
And no-one sings me lullabies
And no-one makes me close my eyes
And so I throw the windows wide
And call to you across the sky
MJ (VI)
Canta muy despacio. Paladea sus sílabas, y sé que lo escribió hace décadas tan sólo para mí. Pienso en cartas que prendieron en el fuego, en respiraciones que dolían detrás del corazón, en bailar muy lentamente al son de esos versos. Hoy no deseo otra cosa. Moverme al compás de aquella melodía que nació mucho antes que yo.
Abre la puerta. Extiende la alfombra. Ofréceme un narciso, una azucena, un nomeolvides. Rema conmigo bajo un sauce llorón. Escuchemos el diálogo de las hierbas. Y cuando quiera mirar arriba y recordar formas que, en las nubes, se han ido para siempre, desperézate conmigo y sostén mi cintura: no me dejes regresar. Ancla mis piernas a la tierra. Acércame al mar y permíteme perderme entre sus suspiros salados. Que me lleven las olas. Que el plenilunio me sorprenda nadando desnuda.
Enciende una llama en la nieve. Busca un sendero salpicado de hielo. Deposita tus armas, sigue las luces del norte, la brisa amoratada, la marea de plata y luz. Asciende con la serenidad del humo. Que te empape la lluvia.
Engranajes y aciertos
Pasado
Puedes permitirte ser un insecto durante un rato y escarbar en la basura, ¿quién te impide regocijarte con el pasado, con las esquinas más tristes, con el llanto de las estrellas? Hazlo, recuérdalo, revívelo. Que vuevan a pasearse mil arañas por tus muslos y que las luces se apaguen bajo los escombros. Vuelve a la sombra de cada árbol y olfatea el mar desde el sótano, donde nadie te vea, donde todo sea húmedo.
Y después, sólo después, piensa en la manera en que te devolvieron a la vida. De la mano, no siempre con dulzura, pero siempre con una sonrisa. No puedo decir que hayas dejado caer las riendas, no lo has hecho. Estás bajo cada estrella que gime de dolor, bajo cada sombra en el cementerio, bajo la pútrida arena del infierno. Tu marea de azul y estío penetra en cada grieta con parsimonia, no se detiene, aunque avanza despacio.
Devora las estrellas. Desgarra las sombras. Congela la arena.
Tal como soy
Notas
(No rain)
Desearía mirar sin aversión ese reflejo, sin tener que estudiar cada milímetro, sin juzgarme por segundos. También deseo, en secreto, que esas palabras sean para mí, porque así podría atesorarlas, porque una mirada furtiva me golpea desde dentro y me crecen amapolas en el alma. La adormidera. Opio carmesí. Eso necesito: una siesta sin final sobre un campo de flores de sangre. Así no querría una palabra cada vez que obtengo un gesto, ni anhelaría el gesto cuando sólo llegase la palabra.
Que llegue la lluvia, que llegue ya. Que purgue cada miedo, que me convierta en un fantasma, que por fin llegue, de golpe, todo lo que me pueda ofrecer. Gestos o palabras, no importa. Sólo gotas.
And it rips my life away, but it's a great escape
Ripple
Abre la ventana. Siente el olor de las piedras, de cada brizna de hierba. Deja que caigan esos viejos muros.
If my words did glow with the gold of sunshine
And my tunes were played on the harp unstrung,
Would you hear my voice come thru the music,
Would you hold it near as it were your own?
Cosas pequeñas
Un maelstrom de locura te ha llevado consigo a danzar sobre una tormenta eléctrica. Te fundes con cada trueno y te conviertes en una salpicadura que lo baña todo, disfrutas de ese riesgo, de la perspectiva de estar haciendo lo adecuado, de sentirte un poquito más feliz cada día. De nuevo atesoras momentos. En un cajón guardas botoncitos multicolor, para el futuro. Hoy Janis ya no parece tan triste y siento que su voz me perfora desde un mundo muy lejano. Me susurra que puedo perderme, que hoy debo hacerlo. Que me busque, porque otros ya me han encontrado.
La coraza se funde bajo el sol y ya no hace falta armadura, ni yelmo, ni siquiera escudo. Las nieves se han derretido y los perros del infierno callan, aletargados. Eliges el camino y sigues adelante. Los obstáculos no importan. Tienes las cosas pequeñas. La oportunidad de hacerlo diferente.
Suspended animation, a state of bliss
Mentes
En retrospectiva
Quizá hoy, rozando la mitad de la veintena, pueda decir que ya soy mayor. Puedo decirlo, y efectivamente no estaría equivocada. Sin embargo, yo no siento que esta mujer adulta en la que me he convertido sea tan distinta de la niña que pintaba en el colegio o la joven que sacaba buenas notas en el instituto. Muchas cosas no han cambiado: sigo siendo estúpidamente ingenua, sigo perdiéndome en las páginas de los libros y sigo, en mi propio mundo interior, imaginándome una realidad mejor con la que me recreo cuando lo que me rodea no me satisface. Sigo teniendo las mismas inseguridades, también conservo algunos de mis miedos; otros, por supuesto, han aparecido de la nada y han golpeado con fuerza en las zonas más delicadas de mi ser. Es, intuyo, parte del proceso: creces, evolucionas, cambias y te haces más fuerte -esta última fase ha resultado ser un gigantesco fiasco para la mayor parte de nosotros-. De forma pareja a estos evidentes cambios llega una realidad que se torna más dura a cada instante, una realidad a la que a veces cuesta enfrentarse por ser desalentadora, asfixiante: triste, en definitiva.
Yo no lo sabía cuando era una niña. No sabía que crecer iba a ser algo tan complejo, no sabía que tendría que ir acostumbrándome poco a poco a mí misma, no sabía que tendría que aceptarme y tratar de acoplarme de la mejor de mis maneras a mi cuerpo y a mi mente. No imaginaba que mi yo veinteañero estuviese tatuado, ¡qué va! Tampoco intuía que fuese a disfrutar con tanta intensidad de placeres tan dispares como la música, el sexo, el cine... y que, de alguna manera, iba a lanzar un ancla en cada uno de esos puertos que de verdad me enriquecen y me vuelven un ser humano mejor. Yo pensaba que, al igual que mis padres, esta sería una buena edad para tener un futuro laboral definido y estable y, desde luego, una situación emocional absolutamente delimitada en su normalidad. Creía -¡qué imbécil!-, que un príncipe azul con ojos y piel oscuros me esperaría para llevarme a un lugar mejor. Quizá buscase el paso previo para tener una familia, para ir poco a poco rompiendo el cordón umbilical y desprenderme del regazo materno. Pero no. Me encuentro con un futuro más que incierto en todos y cada uno de los aspectos vitales, me encuentro con que aún sigo conociéndome y tratando de quererme, descubro cosas nuevas cada día y las archivo en lo que me gusta y lo que no... y, como también hacía aquella Patricia pequeña y aún sin rizos, clasifico cada situación en algo que merece la pena o algo que no lo hace. Gracias a esta diminuta máxima he encontrado, de vez en cuando, el camino adecuado. Otras muchas veces he errado, y mis fallos han sido brutales y despiadados. Sin embargo, de la misma manera en que me imaginaba un futuro más feliz, no imaginaba que la mujer que hoy soy tuviese, de vez en cuando, admirables arranques de fuerza y un desarrollado sentido de la supervivencia. Supongo que, en ocasiones, no nos queda otra salida. Lo que no te mata te hace más fuerte, y nadie quiere dejar atrás la vida. Aunque no sea lo que esperamos, aunque nunca llegue a serlo. ¿Qué importa? Siempre encontraremos pequeños placeres y esas situaciones y personas que, sin lugar a dudas, se manifiesten como algo que de verdad merece la pena. Entretanto, me tengo a mí misma. Y aún me quedan mil años de miedos e inseguridades por conocer y a los que enfrentarme para, espero, salir airosa.
There's east and there's west and there's everywhere life
I know I was born and I know that I'll die
The in between is mine
I am mine
Waiting for the worms
Hoy te lamentas en un pedazo de cartón cuadrado y blanco, lleno de pinceladas de ceniza y de todo cuanto dejamos atrás. Se deja todo. Equipaje, sonrisas, la hierba, esa mirada salvaje, los deseos de volar. Resuena todo desde el lado izquierdo y permanece a mi lado, no hay nadie en casa, pero permanecerá siempre, hoy es parte de mi cuerpo: es plasma, hemoblogina, músculo. Es el silencio, es la risa, es la indiferencia a la que me obligo, es buscar un refugio, es no saber el por qué de cada palabra porque te las llevaste todas contigo para arrojarlas a un mar helado. La sal nos hace pudrirnos un poquito cada día y ya solamente queda un pez morado. Nada en soledad, trazando círculos, haciendo ondear sus aletas.
Nunca supe dónde te dolía. No supe detener el dolor. Y, mientras poco a poco nos dábamos cuenta, el humo fue devorando cada verano, cada sueño y cada infancia.
Sitting naked by the phone
Would you touch me?
Hey you, with you ear against the wall
Waiting for someone to call out
Would you touch me?
Hey you, would you help me to carry the stone?
Escarabajos
The ravens all are watching from a vantage point near by
Apprehension creeping like a tube train up your spine
Will the tightrope reach the end; will the final cuplet rhyme
Gnosis
For I did not know.
'Cause I was just a boy
And you were so much more
Than any god could ever plan,
More than a woman or a man.
And now I understand how much I took from you:
That, when everything starts breaking down,
You take the pieces off the ground
And show this wicked town
something beautiful and new.
You think that Luck
Has left you there.
But maybe there's nothing
up in the sky but air.
And there's no mystical design,
No cosmic lover preassigned.
There's nothing you can find
that can not be found.
'Cause with all the changes
you've been through
It seems the stranger's always you.
Alone again in some new
Wicked little town.
So when you've got no other choice
You know you can follow my voice
Through the dark turns and noise
Of this wicked little town.
Oh it's a wicked, little town.
Goodbye, wicked little town.
Summertime
Y al año siguiente... las noches sin teatros en el callejón, sin marionetas ni el sonido de otras voces. El muelle cedió y caí de nuevo, atravesando las nubes, bajo las ramas ahora podridas. Llegó el calor y la tormenta no remitía, los rayos chisporroteaban contra mi conciencia. Algo dejamos atrás. Los canales se llevaron el resto.
Y el estío de hoy, empapado en sueños nuevos, me vuelve la espalda y se desliza, muy lejos de mí, con su enfermizo calor de rutina. Me quedo con esa línea. Con la parsimonia. Con la paz.
Asincronía
Escucho tu risa. Refulge, incandescente, en el abismo de mis pesadumbres. Emerge una roca, se erige como el faro que custodia la sapiencia, arroja su luz sobre mí. Me desnudo lentamente, dejo que acaricie mis brazos con su llameante humedad. Me baño en oro, derramo mis vicios, me deshago la trenza: cada cabello impregnado en ti. Te poseo durante un instante iridiscente y perfecto, relucen mis áridos senderos, saboreo el aroma de las violetas y las libélulas, de los sauces y las montañas, del barro y la sonata del río. Abrazo con premura y avidez el último retazo de tu olor, tu presencia; se esfuma mi cordura en un chasquido gris.
Me engulle la salada fosa, las paredes se inclinan con fúnebre pesadumbre, revolotean las polillas. Todo tiene el color del papel viejo. Y fue tu risa. Tu risa. Que tiene todo y me deja nada, que me vuela la mente y juguetea con mis sentidos, que me ofusca, me convierte y me enfurece. Que titila y se apaga, que no me dejará atraparla, que permanecerá, impasible y condenada, retozando en la lava de mi conciencia. Dame una certeza. Un guiño, una máscara, una invitación. Déjame entrar.
Ella, sombra
Sólo te quiero a ti, para la eternidad, a mi pequeña amante de vapor; a ella, la más tibia nube de despreocupada calidez. Todo lo que necesito para rendirme cada noche y que termine todo, que los miedos se despeñen desde mis cumbres, que una sombra desdibujada en la pared dibuje mi perfil y consiga verme. Un reflejo, sólo eso, pero no importa. Romper espejos comienza a ser divertido y lo escalofriante se vuelve un vago soniquete que apartas con suavidad. Ella, ella, ella. La parodia, el desdén, la recompensa, el sexo, la despreocupación, el sentido del humor, el amor: el mío. En ella descanso cada amanecer, acariciando su dulce vientre, lamiendo cada curva, cada rincón, cada diminuta arruga escondida, paseando mi lengua por su ser y poseyéndola de la forma más honesta: desnudando mis entrañas.
Ella. La que me recuerda que sigo sin saber si hay una puerta en el muro. La que oblitera mi mente y eviscera mis sentidos. Ella, mi naturaleza, mi mar, mi perdición.
Suciedad - MJ (V)
El gris lo cubre todo. Surcos amarillentos crecen por las paredes. Tapa las esquinas, deprisa, nos alcanzan. Tendones dormidos. Gotitas de sudor en la nuca. Esa misma melodía balanceándose otra vez. Y allí, empañando cada concha, suciedad.
El olor del mar
Degradation trip
All dreams have died along the way
I've had a hell of a time since I went away
Don't know when I died or where to lay down
Gone, gone away
Yeah, gone, gone away
God knows I've tried, I'm dyed in pain
Strong yet simple drive, the freedom to say
I've had a hell of a time since I went away
Homing on traces of light, that distance fades
So they say with time we slowly heal
I caught a flash of your smile through the fog of a dream
I'll have a hell of a time, I clearly see
I can't be by your side, see you when I sleep
Now you're gone... gone away
Yeah you're gone... gone away
"¡El tiempo! ¡La hora! ¿Qué hora es?"
Pensemos en la lentitud con la que transcurrían 365 días cuando éramos niños: el siguiente cumpleaños parecía no querer llegar jamás. De repente nos descubrimos pronunciando aquella frase de nuestros padres, "¡qué rápido pasa el tiempo!", y en un par de décadas veremos que el día se consume con más celeridad cada nuevo amanecer. Y no pasa nada, es nuestro reloj biológico haciendo pequeñas perrerías, mirando atrás y acostumbrándose al tiempo ya vivido, viendo cómo el que nos queda por vivir se reduce a cada momento. Tempus fugit, y cada vez más rápido.
Las horas se nos escapan cuando leemos una buena novela, cuando vemos una película conmovedora y dinámica. Delante de una obra de arte alguien gira las manillas, el tiempo se desboca como un caballo sin freno. Hay otros millones de vivencias que provocan esta sensación de que el tiempo nunca permanece en un mismo ritmo vital: un instante de dolor que parece prolongarse durante horas, un ansiado abrazo que apenas podemos saborear... en fin, el ser humano es siempre subjetivo y también parece ocurrir así con la percepción del tiempo.
Todos hemos pensado en algún momento "¿quién me iba a decir esto hace unos meses?", y es que en ocasiones nos vemos envueltos en las situaciones más inverosímiles e inesperadas, quizá con más frecuencia de la que deseamos. En unos días pasamos de estar enfermos a encontrarnos de nuevo preparados para la vida. Cambiamos botas por sandalias en un par de semanas. Nos relacionamos con gente que hace dos horas no conocíamos. De repente, tenemos un trabajo, tenemos pareja, tenemos nuevos gustos musicales, perdemos a un ser querido, nos bronceamos, odiamos un libro que antes amábamos. Cuestión de minutos, de segundos. Todo cambia. Y no podemos pararlo, porque este extraño fluir, este devenir vital, es lo que mantiene nuestro corazón latiendo y nuestra mente en activo, porque sin tiempo no hay cambio, y sin cambio el ser humano es una quimera. ¿El secreto? Saber disfrutar de la certeza de que jamás nos bañaremos dos veces en las mismas aguas.
Racing around to come up behind you again
The sun is the same in a relative way, but you're older
Shorter of breath and one day closer to death
Time
And you are young and life is long and there is time to kill today
And then one day you find ten years have got behind you
No one told you when to run, you missed the starting gun
And you run and you run to catch up with the sun, but it's sinking
Racing around to come up behind you again
The sun is the same in a relative way, but you're older
Shorter of breath and one day closer to death
MJ (IV)
Is there anybody out there?
Un dominó, una aguja, manos hinchadas. Corre sobre el heno con un roedor entre los dedos. Veo un barco a lo lejos, olfateo las chispas que deja su humo. No escucho, pero veo cómo se mueven tus labios. Mi piel se deshace en el asiento de atrás de un coche y me siento renacer, por qué no, todo es ficción, puede ocurrir.
Se apagan la luna y las estrellas, rueda la cabeza de Jokanaan, un astro estalla en la galaxia, me deshago en mil gotas multicolor, cae la cortina.
Verbo y fin
Hacíamos el amor con el girar de un vinilo porque así nos sentíamos más sabios. Fumábamos bajo los árboles y las nubes, con el olor del salitre ondeando en nuestro pelo. Devorábamos cada pensamiento del otro, cada uno de ellos.
Y después, ¿qué? Mil monedas que rugieron, despeñándose, para terminar desperdigadas entre la ponzoña. Mil ojos que derramaron una lágrima de sangre. Mil árboles que no sonaron al derrumbarse, porque ya no estábamos allí para escucharlo. No sé qué me queda ya hoy. Los conejos de las nubes de desvanecieron en mil gotas torpes y fueron mil los acordes que jamás sonaron de nuevo. Mil pasos. Y de nuevo hacia atrás, porque cada camino de baldosas amarillas entorpece mi andar. Mil grietas en la niebla. Nada, en realidad.
When the promise of a brave new world
Unfurled beneath a clear blue sky?
Paisaje interior
Turner y Espronceda
The Lizard King
It's just a song of the lonely wandering musician
I'm telling you, aint nothing you can do to change my way
Blues
La primera vez que me mecí al compás de su blues fue en aquel bar, aquel paraíso envuelto en madera, iluminado por pequeñas llamitas que se erigían aquí y allá, sin orden. La brisa de julio penetraba por las rendijas, me hacía cosquillas en las yemas de los dedos. Allí estaba. El rasgar de los dedos en una guitarra triste, aletargada, parsimoniosa: la sentí agotada, hundida, o quizá así me sentía yo. Cerré los ojos un instante, paladeando en mi piel cada nota.
Y allí apareció. Decadente, fantasmagórica. Envuelta en sedas escarlata. Impaciente, lujuriosa, desafiante. Desplegó sus alas con suavidad y bailó, entornando su estrecho cuello hasta rozarse el hombro con aquel cabello ígneo, dejando que sus pestañas se meciesen y la suave carne de sus muslos emitiese el sonido de los astros. Bailo para mí. Se deslizó sobre el pentagrama y creó la música tan sólo para mí. Sus brazos eran estelas de fuego; sus ojos, una avalancha de lava ardiente. Una gota de sudor resbalaba por la cálida curva de su vientre, sus pies danzaban tejiendo nubes a su paso. Abrazó mi cuerpo y me dejé devorar por aquel calor, mis entrañas prendieron con aquella cadencia suave y tormentosa.
Entonces sonó un saxofón. Me sentí, de repente, inundado de vapores; mi cabeza a punto de estallar. Aturdido, alcé la vista. Nada. No quedaba su seda, tampoco su olor. De su presencia tan sólo me quedó una cosa: el latido cálido, estival y mágico de un blues.
Bloqueo - MJ (III)
Vuelve el gran melocotón, la psicodelia. Jugoso, dulce, resbala por mi brazo. Alcanzo una nube, veo volcanes de color rosa que escupen berenjenas; gatos que acechan desde el submarino. Por mis muslos corren mil arañas diminutas y en esa parsimonia natural comienzo a mecerme: una nebulosa temporal donde mi cuerpo no pesa, no siente, no crece. Simplemente es, o está. Se abre ese pasillo de baldosas amarillas pero no, la quietud es más atrayente, la abstinencia, el reposo. Una sombra oscila sobre mi mente. No quieras volver, no: no más susurros a la luz de la lava. Game over.
Vacilo al continuar y encallo entre las rocas de esa voz, yemas que acarician de nuevo ese cabello de felino. El desierto, botones de mescal, espirales kaleidoscópicas, la carpa de un circo y elefantes de jabón. Camisa blanca, cuero negro, micrófono. Flores bordadas.
Me levanto, me desperezo -lenta; cadencia incalculable-, escucho, medito, me peleo con el ovillo de lana, me enredo, me pierdo, me ahogo, se me olvida respirar, aniquilo posibilidades, abro ventanas, vuelvo al principio.
Been dazed and confused for so long it's not true.
Wanted a woman, never bargained for you.
Lots of people talk and few of them know,
soul of a woman was created below.
Lo que tienes
Cinco ventanas del mismo lado
The Rain Song
You are the sunlight in my growing - so little warmth I've felt before.
It isn't hard to feel me glowing - I watched the fire that grew so low.
It is the summer of my smiles - flee from me Keepers of the Gloom.
Speak to me only with your eyes. It is to you I give this tune.
Ain't so hard to recognize - These things are clear to all from
time to time.
Talk Talk - I've felt the coldness of my winter
I never thought you would ever go. I cursed the gloom that set upon us...
But I know that I love you so
These are the seasons of emotion and like the winds they rise and fall
This is the wonder of devotion - I seek the torch we all must hold.
This is the mystery of the quotient - Upon us all a little rain must fall...
It's just a little rain...
El heavy metal es marica
Y quién lo iba a decir. Es lo que uno menos se espera: una estampa durísima, un aspecto casi intimidatorio, un chorro de voz tan potente. No, desde luego que nadie se lo imagina. Un jevimetalero es el máximo exponente de la virilidad: ha de ser capaz de estar envuelto en cuero durante horas y no desprender ni una sola gota de sudor -sus poros han sido sellados desde el interior por esa incontenible fuerza del metal-, ha de poder ingerir cerveza en cantidades propias de una fiesta organizada por el mismísimo Thor, ha de tener una resistencia infinita en el acto sexual y poseer a tantas vírgenes vestales como le sea posible (como una referencia extra en esta historia de la música y el sexo, aconsejo echar un vistazo al vídeo sexual de Gene Simmons: ¿referencia, arrepentimiento, inspiración... o simplemente asco?).
Así es, compañeros. El jevimetalero ha de ser viril. Y duro, muy duro, ¡el más duro! Y, por supuesto, el jevimetalero te lo ha de demostrar cada vez que le sea posible. Sin embargo... no sé, algo huele mal alrededor de todo este mundillo. Quizá sea Halford afirmando que el heavy metal está impregnado hasta la médula por la homosexualidad, que él no es el único. Quizá sean esos agudos que asemejan a los de una doncella en apuros. Quizá sean esas terroríficas mallas que cortan la circulación testicular. No lo sé. En cualquier caso... ¡el heavy metal es marica!
Demasiada razón
Florín.- ¡Admirable! ¿Y para cuántos días?
Ricardo.- Para siempre.
Florín.- Demasiado; ya serán unos días menos.
Ricardo.- Le estoy hablando en serio. Encuentro que la vida es aburrida y estúpida por falta de imaginación. Demasiada razón, demasiada disciplina en todo. Y he pensado que en cualquier rincón hay media docena de hombres interesantes, con fantasía y sin sentido, que se están pudriendo entre los demás. Pues bien; yo voy a reunirlos en mi casa, libres y disparatados. A inventar una vida nueva, a soñar imposibles. Y todos conmigo, en esta casa: un asilo para huérfanos de sentido común.
Broken Music
Her nursling's speech first grow articulate;
But breathless with averted eyes elate
She sits, with open lips and open ears,
That it may call her twice. 'Mid doubts and fears
Thus oft my soul has hearkened; till the song,
A central moan for days, at length found tongue,
And the sweet music welled and the sweet tears.
But now, whatever while the soul is fain
To list that wonted murmur, as it were
The speech-bound sea-shell's low importunate strain,—
No breath of song, thy voice alone is there,
O bitterly beloved! and all her gain
Is but the pang of unpermitted prayer.
La muerte
[...]
I loved you first, I loved you first
Beneath the sheets of paper lies my truth
I have to go, I have to go
Your hair was long when we first met
Samson went back to bed
Not much hair left on his head
He ate a slice of wonder bread and went right back to bed
And history books forgot about us and the bible didn't mention us
And the bible didn't mention us, not even once
You are my sweetest downfall
I loved you first, I loved you first
Beneath the stars came fallin' on our heads
But they're just old light, they're just old light
Your hair was long when we first met
Samson came to my bed
Told me that my hair was red
Told me I was beautiful and came into my bed
Oh I cut his hair myself one night
A pair of dull scissors in the yellow light
And he told me that I'd done alright
And kissed me 'til the mornin' light, the mornin' light
And he kissed me 'til the mornin' light
Samson went back to bed
Not much hair left on his head
Ate a slice of wonderbread and went right back to bed
Oh, we couldn't bring the columns down
Yeah we couldn't destroy a single one
And history books forgot about us
And the bible didn't mention us, not even once
You are my sweetest downfall
I loved you first
Nobody home
I've got a bag with a toothbrush and a comb in
When I'm a good dog they sometimes throw me a bone in
I got elastic bands keeping my shoes on
Got those swollen hand blues.
Got thirteen channels of shit on the T.V. to choose from
I've got electric light
And I've got second sight
I've got amazing powers of observation
And that is how I know
When I try to get through
On the telephone to you
There'll be nobody home
I've got the obligatory Hendrix perm
And I've got the inevitable pinhole burns
All down the front of my favourite satin shirt
I've got nicotine stains on my fingers
I've got a silver spoon on a chain
I've got a grand piano to prop up my mortal remains
I've got wild staring eyes
I've got a strong urge to fly
But I've got nowhere to fly to
Oh babe when I pick up the phone
There's still nobody home
I've got a pair of Gohills boots
And I've got fading roots.
Perfecta
Maravillosa
Puzzle incompleto
Un abismo
Sin color.
Soñando con flores
Que se devoran
Se mueren
Se pudren
Se congelan.
Y sigue el mundo
En un bloque
De hielo
¿De hielo?
Que no proyecta
Sombra
Ni luz.
Reverberando.
Unas manos
Una guitarra
Una gota
Un soplido
Dedos entrelazados
La pecera
Y luego nada.
Sin comas
Mariposa
Azul eléctrico
Misericordia
Letanía
Triángulos
Arcoiris
Martillos
Y el fin
Al fin.
Fragmentos
The winds of Thor are blowing cold
Brings tainted lust singing my requiem
I have only one burning desire
Let me stand next to your fire
Who'll be willing to take your pain
And all your heartache, too?
The child is grown
The dream is gone
It would ease my mind
Someone sharing the load
But I won't breathe a word
El Cristo anarquista
-Hijo mío, sois unos imbéciles. Hace veintiún siglos que predije la paz, y la paz no se ha hecho. Predije el amor, y continúa la guerra entre vosotros; abominé de los bienes terrenos, y os afanáis por amontonar riquezas. Dije que todos sois hermanos, y os tratáis como enemigos. Hay entre vosotros tiranos y hay gentes que se dejan esclavizar. Los primeros son malvados; los segundos, idiotas. Sin la pasividad de éstos, no existirían aquéllos. Grande es la crueldad de los unos, mayor es la resignación de los otros. ¿Por qué sufrir en silencio cuando se tiene la fuerza del número…del derecho? No fue ese el espíritu de mis predicaciones; vosotros, los republicanos de la religión, las habéis falseado. Yo ví el origen del mal en la autoridad y en su órgano el Estado, y por eso me persiguieron. Desconocí el poder de los Césares, como atentatorio a la libertad humana, y por eso perecí en la cruz.
Uno de mis más amados discípulos, Ernesto Renán, ha dicho que yo fui un anarquista. Si ser anarquista es ser partidario del amor universal, destructor de todo poder, perseguidor de toda ley, declaro que fui anarquista. No quiero que unos hombres gobiernen a otros hombres; quiero que todos seáis iguales. No quiero que trabajen unos y que otros, en la holganza, consuman lo producido; quiero que trabajéis todos. No quiero que haya Estados, ni Códigos, ni ejércitos, ni propiedad, ni familia; quiero que todos os tengáis tan grande amor que no necesitéis ni verdugos, ni jueces; que miréis como hijos vuestros a todos los niños y como esposas o esposos a todas las mujeres u hombres; que seáis una gran familia feliz, sana y laboriosa.
¿Por qué no lo hacéis así, hijos míos?. ¿Por qué sois tan malvados que os complacéis en destrozaros?. La tierra es grande y fecunda; los campos producen lo necesario para que todos viváis; la mecánica ha llegado a tan maravilloso grado de perfección que aplicando sus descubrimientos y los de la higiene a las fábricas y las minas, el trabajo trocaríase de penosa tarea en alegre entretenimiento. Entonces trabajaríais todos, como todos hoy tenéis gusto en disfrutar de los placeres de un deporte, y en tres horas de ese trabajo alegre y voluntario recibiríais los múltiples menesteres de la vida social, que hoy reciben unos cuantos. No habría entonces explotadores ni explotados, no habría señores y vasallos, no habría monarcas y súbditos. Con la propiedad desaparecería la sed de riqueza, el afán de lucro, la eterna rivalidad entre los pueblos, el asesinato lento en el taller insalubre de millones de seres humanos.
No padecería la mujer, sin la autoridad del esposo, la tiranía que al presente padece. No sería el amor fórmula hipócrita sancionada por la Iglesia o por el Estado; sería pasión espontánea y voluntaria. No sería esclavitud de la mujer al hombre, porque tan libre y dueña de la tierra como aquél sería ésta, y para nada tendría que preocupar del porvenir de los hijos; no cometería tampoco nadie la ligereza de jurar amor eterno, como si el amor dependiese de la voluntad y de él se pudiese responder libremente.
No habría naciones diferentes; los ríos y las montañas no servirían de barrera para que los hombres dejasen de ser hermanos; las fronteras, que hoy separan los pueblos, no serían motivo para que os hiciereis cruda guerra. Lo que hoy reputáis injusto para unos y justo para otros, sería entonces igualmente dañoso para todos. El asesinato sería un crimen, y lo sería también la guerra; sería condenable la mentira de que usáis en los tratos de pueblo a pueblo, tanto como hoy es aplaudida. La moral sería la misma para todos, y no se alteraría su esencia ni su forma con diversidad de razas y países.
No cometeríais la inhumanidad de encerrar al delincuente en una prisión, como si con ello pudierais enmendar la falta que es imputable a vosotros y no a él. Al desgraciado que realizase un acto inmoral le trataríais como a un enfermo, y no agravaríais su mal privándole de la libertad, el don más preciado entre los hombres. Si desaparecieran las causas del crimen, ¿no desaparecería el crimen?, ¿Habría rapiñas sin propiedad?, ¿Habría celos sin el monopolio de la mujer?, ¿Habría rencillas por el poder sin el poder?.
Hijos míos ¿por qué sois tan imbéciles?, ¿Por qué sois tan tiranos los unos y resignados corderos los otros?. Sacudid el yugo los que sufrís la tiranía; destruid la opresión los que vivís esclavizados. Con vosotros, los obreros, está la fuerza; vosotros sois el mayor número. Si agonizáis en las fábricas es porque no tenéis la entereza de saber vuestro derecho.
Levántate, levántate, hijo mío. No es de los tiempos que corren la oración, no es de esta época de lucha la resignación mística. Me habéis injuriado gravemente habéis disfrazado mis doctrinas. No legitiméis con mi nombre la explotación. Los que mantienen gobiernos y soldados no son mis discípulos.
José Martínez Ruiz (Azorín), "El cristo nuevo", El porvenir del obrero, 91, 8 de febrero de 1902
Palabras de Gigante
- ¿Qué es lo que tienes en el bote? -repite Sofía.
- ¡Un horrible jorobanoches! ¡Un sueño malo! ¡No, peor que un sueño malo! ¡Es una pescadilla!
- Una pesadilla querrás decir -le corrigió Sofía-. ¡Qué mala suerte! ¿Qué vas a hacer con ella?
- Desde luego, no la dejaré escapar -dijo el GGB-. Si lo hiciera, algún pobre chiquillo podría pasar un rato terriblihorripilante. Este sueño es un zurripastroso asustagentes. ¡Lo haré explontar tan pronto como lleguemos a casa!
- Las pesadillas son algo tremendo -dijo Sofía-. Una noche tuve una, y desperté bañada en sudor.
- Pues con esta, te dispirtarías gritando -explicó el GGB-. El sueño que hay ahí dentro te pondría los dientes de punta, y te castañetearían los pelos y, por último, la sangre se te cobrintiría en carambámbanos de hielo, y tu piel acabaría arrastrándose por el suelo...
- ¿Tan malo es?
- ¡Peor! -gritó el GGB-. ¡Es una porcochambre basurosa! ¡Y un furris infernal! ¡Y un luciferinodemonche! ¡Las tres cosas a la vez! Pero yo es contento de tenerlo incirrado. ¡Ahí te quedas, mala bestia! -añadió indignado-. ¡Nunca más volverás a fistidiar a los pobrecitos niños de los guisantes humanos!
La Diosa
Janis ya tenía en su poder lo más bello: su voz, su música, su blues. Janis tenía ese arranque desgarrador en su interior. La Diosa sedujo a Morrison, a Hendrix, a Cohen. Sedujo al mundo entero con su voz, encendió llamas y fundió los polos.
Y Janis se fue de la mano de otra diosa blanca y una botella de Southern Comfort.
Tu blues sigue vivo, Diosa. Siempre.
And I know that I could always try.
There's a fire inside everyone of us,
You'd better need it now,
I got to hold it, yeah,
I better use it till the day I die.
Ilustración
Escalera
Gonna make you burn, gonna make you sting.
Hey, hey, baby, when you walk that way,
Watch your honey drip, can't keep away.
Ves la escalera y sólo puedes aproximarte, atisbar con curiosidad, mirar arriba; no ver el final: sólo las nubes.
Te acercas a la escalera. Rozas su pasamanos: líquido, flagímero, etéreo, reluciente. Celestial, azufre, destellos, ceniza.
Primer escalón. Te balanceas sobre una melodía conocida.
Segundo escalón. Las cuerdas de una guitarra bailando con sensualidad. Curvas.
Tercer escalón. Un vientre perlado en sudor. Cabellos rubios enredados en tu mano. Boca. Voz.
Llegas arriba. Llegas, llegas, llegas. Rozar una estrella. Bañarte en mercurio. Retorcerte en agua. Ahogarse, renacer, devorar.
Paisaje. Fin. Vuelta a empezar. Paladeas algo dulce. Te meces. Música.
Vegas y Nazis
Esta locura sigue y sigue, pero nadie parece darse cuenta. El juego dura veinticuatro horas al día en la planta principal, y el circo nunca para.
Plant
Guaranteed to run for hours, mama, it's a perfect size
Derrota
Teatro
Un pequeño resquicio para asomarme a la noche, para que se escapen los humos, para escuchar la calle. Música, una voz desgarradora y dulce a la par. Irresistible.
En.
Olor. Un motor lejano. El brillo satinado de una ondulación que se eleva en una cadencia suave, palpitante, inexorable; se muere. Me miro y escucho. Pálpitos en las yemas de los dedos, cabellos destrenzados, bajar el volumen. Inhalar, exhalar con fuerza: manténlo dentro, será más intenso. Haunt my house of pain and feel my psycho love, ¿me sentiré? De nuevo el motor. Ya no sé si soy hielo o ceniza. Un diapasón que se mueve, muy despacio. El mismo ritmo. Motores vitales. Una máquina perfecta que nos mantiene. Mi nuca late y desaparece. Me inclino hacia la izquierda, piernas cruzadas. No hay una terapia oportuna y ni siquiera esto sirve. Estas paredes reposan en oscuridad y necesito escuchar otra voz: más grave, más serena.
The sun will rise again
The earth will turn to sand
Creation´s colors seem to fade to grey
And you´ll see the sickly hands of time
Will write your final rhyme
And end a memory
Pienso en las mentiras de nuevo y salto a otra pista. Lo que escucho, lo que pienso y lo que escribo entran en una espiral de contradicción. No se detiene y veo un vinilo girar. La aguja no avanza y me he quedado atrapada en una grieta diminuta. Ni siquiera es tiempo. Ni espacio. No siento el humo, pero la humedad se posa en mi piel y me acaricia. Tengo frío. Huelo la lluvia. Olor a limpieza y a renovación, cuando no llueve se me acumula el polvo en las entrañas, no puedo abrir los ojos: mis pestañas son una maraña de alambre de espinos. Siempre dispuestas a desgarrar.
Lujuria.
Bailar. Detengo el frío en todos los sentidos posibles.
Pivotar sobre una semilla, piel húmeda, gemidos silenciados. Imaginarme entre una pared y otra piel. Mareos. Sudor que perla mi nuca. Rizos enredados. Pienso en tanto y en tan poco, y los recuerdos se trenzan con las palabras, y escucho puertas cerrarse. Cambio. Escalofríos, cansancio. Me detengo a respirar, cambio una voz; The End en muchos sentidos. El volcán vierte su lava, me vuelvo animal, me retuerzo y respiro todo lo que me rodea; olores distintos, un recuerdo a ti; me escucho y destenso. Fin. Intenso. Inmenso. Quizá el que más, quizá, y me apena no recordar cada pequeño mordisco de muerte. Delicioso. Quiero otro, pero no. Hace frío de nuevo.
Pausa.
Un buche de agua, beat yourself blind, recuperar mi disfraz humano del suelo. No ha sido rápido. No he sabido medir el tiempo desde el inicio, ni en mi mente ni en mi mano. Lástima.
Y de nuevo. Escritos.
Vuelve el frío de la calle y mantengo mis pulmones al máximo de nuevo. En ocasiones, intentarlo es más complejo que hacerlo: ser conscientemente activo. Una pequeña perla de genialidad que reside en mis manos, entre madera, esperando paciente a que acuda a bailar. ¡Maldita genialidad! Me destruirá, lo sé; pero mientras lo tengo no me preocupa. Mr. Mojo risin', tampoco ellos se preocuparon, pero siempre me han dado pánico las agujas: no estoy en peligro.
But it was only fanstasy
The Wall was too high, as you can see
No matter how he tried he could not break free
And the worms ate into his brain
Mi mente divaga y siento que cada signo es una pausa que decidimos tomar, o un camino que tomamos de repente, una decisión poco meditada. Eso explica mi obsesión: mi prosa es un surco que me recorre el cuerpo y se extiende por mis dedos, es una elongación de mis arterias, es un pedacito de existencia. Los puntos que no he querido poner. Los que no he sabido poner.
Curva y declive.
Ya queda poco. Sueño con que cada nebulosa que expulso ha dejado su arraigo en mis adentros, que palpita en mi cuerpo para siempre, que cada palabra aprendida permanece para siempre y mis células se embeben de esa sabiduría. Nada transitorio. Aprender, retener; no olvidar. Es importante. Hay más escalones. Ideo una cosmovisión. Planetas con la textura de un pomelo, el olor de algo dulce, lenguas de mercurio que saben a algo ácido y picante. Azul eléctrico, magma. Una estela de polvo brillante que se mece y me aprisiona. Con suavidad, como siempre me ha gustado: una cárcel dúctil, maleable, donde no pueda ser lo suficientemente esclavizada. No. No quiero perderme, no ahora. Primero he de emprender mi descenso hacia ese lago helado en la cueva, arañarme los muslos, golpearme las manos, saborear mi sangre de decepción, atravesar la nieve. Sin armadura. Las dejé atrás, en un bosque donde los lobos acechaban, amenazaban con desgarrar mi piel y devorar cada pútrida entraña. Una partida de cartas. Masticar una flor. Sigo bajando.
Pupilas.
No sé si quiero seguir. Estoy completa. Me derramo en lamentos desbocados. Me pudro. Renazco. Relumbro en instantes, aleteo, y ya. Fin de nuevo, vuelta a empezar desde el cáliz de cenizas. Necesito elevarme.
Telón.
Dos más, y fin. Exhalo, apago, aparto. Us and them. Qué dulce noche, seis minutos. Algunos segundos más. Siento miedo de repente porque soy sólo yo. Pienso palabras y busco palabras. De mariposa a crisálida, involución, larva; del revés: y así, como siempre, es más divertido. Y, al final, nadie sabe qué es qué o quién es quién. No es tan importante. Saluda al público. Inclínate. Que vean tu piel y sientan que late tu sangre detrás, aunque no la vean. Míralos una vez más. Muévete, ve a bailar con ella, abandona al público. Dejar sentir. Que sientan, que duden, que teman.
Segundas oportunidades (literarias)
Al grano: hay lecturas que me han parecido horripilantes y hoy veo que es momento de darles una nueva oportunidad. ¿Por qué? Bueno, quizá el primer motivo sea que mis obligaciones más inminentes (estudiar, hacer exámenes y terminar una carrera) me empujan a buscar cualquier distracción que posponga semejante agonía (teoría, práctica y mejora de la procrastinación: algún día escribiré sobre ello). Partiendo de esta idea, veréis un fallo importante en mis planes: se puede perder el tiempo de forma mucho más simple y placentera, ¿para qué demonios vas a meterte en camisas de once varas y ponerte frente a un libro que hace años no conseguiste siquiera terminar? Bueno, las cosa complicadas, extrañas, los retos y las "camisas de once varas" son algo muy placentero. La vida, sin afán de superación, se quedaría en una sombra de lo que podría haber sido. Hay que marcarse objetivos y retarse a uno mismo cada día. Bueno, releer a Dostoievski no es un logro por el que vaya a recibir alabanzas, desde luego no es comparable a iniciar una nueva carrera espacial. Pero, desde luego, es más gratificante y "complejo" que tumbarse en el sofá a ver telebasura.
En fin. Crimen y castigo. Esa novela sobre la que había leído maravillas y que empecé hace cinco años. Las primeras páginas me resultaron atrayentes, las devoré en un brevísimo lapso de tiempo. Sin embargo, a medida que avanzaba la historia (o, mejor dicho, a medida que no avanzaba) fue decayendo mi interés. Lo dejé a las pocas páginas del final. No pude con el señor ruso y su forma de plasmar la psique humana de un asesino. En fin, a mi yo de 18 años le decepcionó enormemente Crimen y castigo. No me siento mal por ello, no tengo por qué alabar una supuesta obra maestra que me resultó un infierno. Sin embargo, es momento de volver sobre ello y enfrentarme otra vez al dichoso ruso. Esta vez, aunque sea por orgullo de casi-filóloga, lo terminaré. Ya os daré mi veredicto.