Perfecta
Maravillosa
Puzzle incompleto
Un abismo
Sin color.
Soñando con flores
Que se devoran
Se mueren
Se pudren
Se congelan.
Y sigue el mundo
En un bloque
De hielo
¿De hielo?
Que no proyecta
Sombra
Ni luz.
Reverberando.
Unas manos
Una guitarra
Una gota
Un soplido
Dedos entrelazados
La pecera
Y luego nada.
Sin comas
Mariposa
Azul eléctrico
Misericordia
Letanía
Triángulos
Arcoiris
Martillos
Y el fin
Al fin.
Fragmentos
The winds of Thor are blowing cold
Brings tainted lust singing my requiem
I have only one burning desire
Let me stand next to your fire
Who'll be willing to take your pain
And all your heartache, too?
The child is grown
The dream is gone
It would ease my mind
Someone sharing the load
But I won't breathe a word
El Cristo anarquista
-Hijo mío, sois unos imbéciles. Hace veintiún siglos que predije la paz, y la paz no se ha hecho. Predije el amor, y continúa la guerra entre vosotros; abominé de los bienes terrenos, y os afanáis por amontonar riquezas. Dije que todos sois hermanos, y os tratáis como enemigos. Hay entre vosotros tiranos y hay gentes que se dejan esclavizar. Los primeros son malvados; los segundos, idiotas. Sin la pasividad de éstos, no existirían aquéllos. Grande es la crueldad de los unos, mayor es la resignación de los otros. ¿Por qué sufrir en silencio cuando se tiene la fuerza del número…del derecho? No fue ese el espíritu de mis predicaciones; vosotros, los republicanos de la religión, las habéis falseado. Yo ví el origen del mal en la autoridad y en su órgano el Estado, y por eso me persiguieron. Desconocí el poder de los Césares, como atentatorio a la libertad humana, y por eso perecí en la cruz.
Uno de mis más amados discípulos, Ernesto Renán, ha dicho que yo fui un anarquista. Si ser anarquista es ser partidario del amor universal, destructor de todo poder, perseguidor de toda ley, declaro que fui anarquista. No quiero que unos hombres gobiernen a otros hombres; quiero que todos seáis iguales. No quiero que trabajen unos y que otros, en la holganza, consuman lo producido; quiero que trabajéis todos. No quiero que haya Estados, ni Códigos, ni ejércitos, ni propiedad, ni familia; quiero que todos os tengáis tan grande amor que no necesitéis ni verdugos, ni jueces; que miréis como hijos vuestros a todos los niños y como esposas o esposos a todas las mujeres u hombres; que seáis una gran familia feliz, sana y laboriosa.
¿Por qué no lo hacéis así, hijos míos?. ¿Por qué sois tan malvados que os complacéis en destrozaros?. La tierra es grande y fecunda; los campos producen lo necesario para que todos viváis; la mecánica ha llegado a tan maravilloso grado de perfección que aplicando sus descubrimientos y los de la higiene a las fábricas y las minas, el trabajo trocaríase de penosa tarea en alegre entretenimiento. Entonces trabajaríais todos, como todos hoy tenéis gusto en disfrutar de los placeres de un deporte, y en tres horas de ese trabajo alegre y voluntario recibiríais los múltiples menesteres de la vida social, que hoy reciben unos cuantos. No habría entonces explotadores ni explotados, no habría señores y vasallos, no habría monarcas y súbditos. Con la propiedad desaparecería la sed de riqueza, el afán de lucro, la eterna rivalidad entre los pueblos, el asesinato lento en el taller insalubre de millones de seres humanos.
No padecería la mujer, sin la autoridad del esposo, la tiranía que al presente padece. No sería el amor fórmula hipócrita sancionada por la Iglesia o por el Estado; sería pasión espontánea y voluntaria. No sería esclavitud de la mujer al hombre, porque tan libre y dueña de la tierra como aquél sería ésta, y para nada tendría que preocupar del porvenir de los hijos; no cometería tampoco nadie la ligereza de jurar amor eterno, como si el amor dependiese de la voluntad y de él se pudiese responder libremente.
No habría naciones diferentes; los ríos y las montañas no servirían de barrera para que los hombres dejasen de ser hermanos; las fronteras, que hoy separan los pueblos, no serían motivo para que os hiciereis cruda guerra. Lo que hoy reputáis injusto para unos y justo para otros, sería entonces igualmente dañoso para todos. El asesinato sería un crimen, y lo sería también la guerra; sería condenable la mentira de que usáis en los tratos de pueblo a pueblo, tanto como hoy es aplaudida. La moral sería la misma para todos, y no se alteraría su esencia ni su forma con diversidad de razas y países.
No cometeríais la inhumanidad de encerrar al delincuente en una prisión, como si con ello pudierais enmendar la falta que es imputable a vosotros y no a él. Al desgraciado que realizase un acto inmoral le trataríais como a un enfermo, y no agravaríais su mal privándole de la libertad, el don más preciado entre los hombres. Si desaparecieran las causas del crimen, ¿no desaparecería el crimen?, ¿Habría rapiñas sin propiedad?, ¿Habría celos sin el monopolio de la mujer?, ¿Habría rencillas por el poder sin el poder?.
Hijos míos ¿por qué sois tan imbéciles?, ¿Por qué sois tan tiranos los unos y resignados corderos los otros?. Sacudid el yugo los que sufrís la tiranía; destruid la opresión los que vivís esclavizados. Con vosotros, los obreros, está la fuerza; vosotros sois el mayor número. Si agonizáis en las fábricas es porque no tenéis la entereza de saber vuestro derecho.
Levántate, levántate, hijo mío. No es de los tiempos que corren la oración, no es de esta época de lucha la resignación mística. Me habéis injuriado gravemente habéis disfrazado mis doctrinas. No legitiméis con mi nombre la explotación. Los que mantienen gobiernos y soldados no son mis discípulos.
José Martínez Ruiz (Azorín), "El cristo nuevo", El porvenir del obrero, 91, 8 de febrero de 1902
Palabras de Gigante
- ¿Qué es lo que tienes en el bote? -repite Sofía.
- ¡Un horrible jorobanoches! ¡Un sueño malo! ¡No, peor que un sueño malo! ¡Es una pescadilla!
- Una pesadilla querrás decir -le corrigió Sofía-. ¡Qué mala suerte! ¿Qué vas a hacer con ella?
- Desde luego, no la dejaré escapar -dijo el GGB-. Si lo hiciera, algún pobre chiquillo podría pasar un rato terriblihorripilante. Este sueño es un zurripastroso asustagentes. ¡Lo haré explontar tan pronto como lleguemos a casa!
- Las pesadillas son algo tremendo -dijo Sofía-. Una noche tuve una, y desperté bañada en sudor.
- Pues con esta, te dispirtarías gritando -explicó el GGB-. El sueño que hay ahí dentro te pondría los dientes de punta, y te castañetearían los pelos y, por último, la sangre se te cobrintiría en carambámbanos de hielo, y tu piel acabaría arrastrándose por el suelo...
- ¿Tan malo es?
- ¡Peor! -gritó el GGB-. ¡Es una porcochambre basurosa! ¡Y un furris infernal! ¡Y un luciferinodemonche! ¡Las tres cosas a la vez! Pero yo es contento de tenerlo incirrado. ¡Ahí te quedas, mala bestia! -añadió indignado-. ¡Nunca más volverás a fistidiar a los pobrecitos niños de los guisantes humanos!
La Diosa
Janis ya tenía en su poder lo más bello: su voz, su música, su blues. Janis tenía ese arranque desgarrador en su interior. La Diosa sedujo a Morrison, a Hendrix, a Cohen. Sedujo al mundo entero con su voz, encendió llamas y fundió los polos.
Y Janis se fue de la mano de otra diosa blanca y una botella de Southern Comfort.
Tu blues sigue vivo, Diosa. Siempre.
And I know that I could always try.
There's a fire inside everyone of us,
You'd better need it now,
I got to hold it, yeah,
I better use it till the day I die.
Ilustración
Escalera
Gonna make you burn, gonna make you sting.
Hey, hey, baby, when you walk that way,
Watch your honey drip, can't keep away.
Ves la escalera y sólo puedes aproximarte, atisbar con curiosidad, mirar arriba; no ver el final: sólo las nubes.
Te acercas a la escalera. Rozas su pasamanos: líquido, flagímero, etéreo, reluciente. Celestial, azufre, destellos, ceniza.
Primer escalón. Te balanceas sobre una melodía conocida.
Segundo escalón. Las cuerdas de una guitarra bailando con sensualidad. Curvas.
Tercer escalón. Un vientre perlado en sudor. Cabellos rubios enredados en tu mano. Boca. Voz.
Llegas arriba. Llegas, llegas, llegas. Rozar una estrella. Bañarte en mercurio. Retorcerte en agua. Ahogarse, renacer, devorar.
Paisaje. Fin. Vuelta a empezar. Paladeas algo dulce. Te meces. Música.
Vegas y Nazis
Esta locura sigue y sigue, pero nadie parece darse cuenta. El juego dura veinticuatro horas al día en la planta principal, y el circo nunca para.
Plant
Guaranteed to run for hours, mama, it's a perfect size
Derrota
Teatro
Un pequeño resquicio para asomarme a la noche, para que se escapen los humos, para escuchar la calle. Música, una voz desgarradora y dulce a la par. Irresistible.
En.
Olor. Un motor lejano. El brillo satinado de una ondulación que se eleva en una cadencia suave, palpitante, inexorable; se muere. Me miro y escucho. Pálpitos en las yemas de los dedos, cabellos destrenzados, bajar el volumen. Inhalar, exhalar con fuerza: manténlo dentro, será más intenso. Haunt my house of pain and feel my psycho love, ¿me sentiré? De nuevo el motor. Ya no sé si soy hielo o ceniza. Un diapasón que se mueve, muy despacio. El mismo ritmo. Motores vitales. Una máquina perfecta que nos mantiene. Mi nuca late y desaparece. Me inclino hacia la izquierda, piernas cruzadas. No hay una terapia oportuna y ni siquiera esto sirve. Estas paredes reposan en oscuridad y necesito escuchar otra voz: más grave, más serena.
The sun will rise again
The earth will turn to sand
Creation´s colors seem to fade to grey
And you´ll see the sickly hands of time
Will write your final rhyme
And end a memory
Pienso en las mentiras de nuevo y salto a otra pista. Lo que escucho, lo que pienso y lo que escribo entran en una espiral de contradicción. No se detiene y veo un vinilo girar. La aguja no avanza y me he quedado atrapada en una grieta diminuta. Ni siquiera es tiempo. Ni espacio. No siento el humo, pero la humedad se posa en mi piel y me acaricia. Tengo frío. Huelo la lluvia. Olor a limpieza y a renovación, cuando no llueve se me acumula el polvo en las entrañas, no puedo abrir los ojos: mis pestañas son una maraña de alambre de espinos. Siempre dispuestas a desgarrar.
Lujuria.
Bailar. Detengo el frío en todos los sentidos posibles.
Pivotar sobre una semilla, piel húmeda, gemidos silenciados. Imaginarme entre una pared y otra piel. Mareos. Sudor que perla mi nuca. Rizos enredados. Pienso en tanto y en tan poco, y los recuerdos se trenzan con las palabras, y escucho puertas cerrarse. Cambio. Escalofríos, cansancio. Me detengo a respirar, cambio una voz; The End en muchos sentidos. El volcán vierte su lava, me vuelvo animal, me retuerzo y respiro todo lo que me rodea; olores distintos, un recuerdo a ti; me escucho y destenso. Fin. Intenso. Inmenso. Quizá el que más, quizá, y me apena no recordar cada pequeño mordisco de muerte. Delicioso. Quiero otro, pero no. Hace frío de nuevo.
Pausa.
Un buche de agua, beat yourself blind, recuperar mi disfraz humano del suelo. No ha sido rápido. No he sabido medir el tiempo desde el inicio, ni en mi mente ni en mi mano. Lástima.
Y de nuevo. Escritos.
Vuelve el frío de la calle y mantengo mis pulmones al máximo de nuevo. En ocasiones, intentarlo es más complejo que hacerlo: ser conscientemente activo. Una pequeña perla de genialidad que reside en mis manos, entre madera, esperando paciente a que acuda a bailar. ¡Maldita genialidad! Me destruirá, lo sé; pero mientras lo tengo no me preocupa. Mr. Mojo risin', tampoco ellos se preocuparon, pero siempre me han dado pánico las agujas: no estoy en peligro.
But it was only fanstasy
The Wall was too high, as you can see
No matter how he tried he could not break free
And the worms ate into his brain
Mi mente divaga y siento que cada signo es una pausa que decidimos tomar, o un camino que tomamos de repente, una decisión poco meditada. Eso explica mi obsesión: mi prosa es un surco que me recorre el cuerpo y se extiende por mis dedos, es una elongación de mis arterias, es un pedacito de existencia. Los puntos que no he querido poner. Los que no he sabido poner.
Curva y declive.
Ya queda poco. Sueño con que cada nebulosa que expulso ha dejado su arraigo en mis adentros, que palpita en mi cuerpo para siempre, que cada palabra aprendida permanece para siempre y mis células se embeben de esa sabiduría. Nada transitorio. Aprender, retener; no olvidar. Es importante. Hay más escalones. Ideo una cosmovisión. Planetas con la textura de un pomelo, el olor de algo dulce, lenguas de mercurio que saben a algo ácido y picante. Azul eléctrico, magma. Una estela de polvo brillante que se mece y me aprisiona. Con suavidad, como siempre me ha gustado: una cárcel dúctil, maleable, donde no pueda ser lo suficientemente esclavizada. No. No quiero perderme, no ahora. Primero he de emprender mi descenso hacia ese lago helado en la cueva, arañarme los muslos, golpearme las manos, saborear mi sangre de decepción, atravesar la nieve. Sin armadura. Las dejé atrás, en un bosque donde los lobos acechaban, amenazaban con desgarrar mi piel y devorar cada pútrida entraña. Una partida de cartas. Masticar una flor. Sigo bajando.
Pupilas.
No sé si quiero seguir. Estoy completa. Me derramo en lamentos desbocados. Me pudro. Renazco. Relumbro en instantes, aleteo, y ya. Fin de nuevo, vuelta a empezar desde el cáliz de cenizas. Necesito elevarme.
Telón.
Dos más, y fin. Exhalo, apago, aparto. Us and them. Qué dulce noche, seis minutos. Algunos segundos más. Siento miedo de repente porque soy sólo yo. Pienso palabras y busco palabras. De mariposa a crisálida, involución, larva; del revés: y así, como siempre, es más divertido. Y, al final, nadie sabe qué es qué o quién es quién. No es tan importante. Saluda al público. Inclínate. Que vean tu piel y sientan que late tu sangre detrás, aunque no la vean. Míralos una vez más. Muévete, ve a bailar con ella, abandona al público. Dejar sentir. Que sientan, que duden, que teman.
Segundas oportunidades (literarias)
Al grano: hay lecturas que me han parecido horripilantes y hoy veo que es momento de darles una nueva oportunidad. ¿Por qué? Bueno, quizá el primer motivo sea que mis obligaciones más inminentes (estudiar, hacer exámenes y terminar una carrera) me empujan a buscar cualquier distracción que posponga semejante agonía (teoría, práctica y mejora de la procrastinación: algún día escribiré sobre ello). Partiendo de esta idea, veréis un fallo importante en mis planes: se puede perder el tiempo de forma mucho más simple y placentera, ¿para qué demonios vas a meterte en camisas de once varas y ponerte frente a un libro que hace años no conseguiste siquiera terminar? Bueno, las cosa complicadas, extrañas, los retos y las "camisas de once varas" son algo muy placentero. La vida, sin afán de superación, se quedaría en una sombra de lo que podría haber sido. Hay que marcarse objetivos y retarse a uno mismo cada día. Bueno, releer a Dostoievski no es un logro por el que vaya a recibir alabanzas, desde luego no es comparable a iniciar una nueva carrera espacial. Pero, desde luego, es más gratificante y "complejo" que tumbarse en el sofá a ver telebasura.
En fin. Crimen y castigo. Esa novela sobre la que había leído maravillas y que empecé hace cinco años. Las primeras páginas me resultaron atrayentes, las devoré en un brevísimo lapso de tiempo. Sin embargo, a medida que avanzaba la historia (o, mejor dicho, a medida que no avanzaba) fue decayendo mi interés. Lo dejé a las pocas páginas del final. No pude con el señor ruso y su forma de plasmar la psique humana de un asesino. En fin, a mi yo de 18 años le decepcionó enormemente Crimen y castigo. No me siento mal por ello, no tengo por qué alabar una supuesta obra maestra que me resultó un infierno. Sin embargo, es momento de volver sobre ello y enfrentarme otra vez al dichoso ruso. Esta vez, aunque sea por orgullo de casi-filóloga, lo terminaré. Ya os daré mi veredicto.
Comfortably numb
Hello?
Is there anybody in there?
Just nod if you can hear me.
Is there anyone at home?
Come on, now,
I hear you're feeling down.
Well I can ease your pain
And get you on your feet again.
Relax.
I need some information first.
Just the basic facts
Can you show me where it hurts?
There is no pain you are receding
A distant ship's smoke on the horizon.
You are only coming through in waves.
Your lips move but I can't hear what you're saying.
When I was a child I had a fever
My hands felt just like two balloons.
Now I've got that feeling once again
I can't explain you would not understand
This is not how I am.
I have become comfortably numb.
O. K.
Just a little pin prick.
There'll be no more AHHHHHHHHHHHHH!
But you may feel a little sick.
Can you stand up?
I do believe it's working. Good.
That'll keep you going through the show
Come on it's time to go.
There is no pain you are receding
A distant ship's smoke on the horizon.
You are only coming through in waves.
Your lips move but I can't hear what you're saying.
When I was a child
I caught a fleeting glimpse
Out of the corner of my eye
I turned to look but it was gone
I cannot put my finger on it now
The child is grown,
The dream is gone.
I have become comfortably numb.
MJ (II)
Y de repente dos flores luchan por ganar su batalla particular y ves que sí, que es así, que lo carnal es una lucha encarnizada, que a fin de cuentas nadie gana y la espiral se torna destrucción, arrepentimiento, monstruos que acechan desde las sombras.
Suena Pink Floyd. Nunca han dejado de sonar. Cada palabra te retuerce las entrañas y amenaza con eviscerar tu cuerpo y tu mente, despojarte de tus ideales y desnudarte bajo la lluvia helada. Nunca importa: el frío purifica.
Te levantas para descubrir que eres una marioneta: tu cuerpo no reacciona, tu mente yace entre paredes. Golpeas el muro. Nadie. Te han dejado solo sin una puerta por la que escapar. Piensas en el mar, love letters in the sand, y te recuerdo. Y, en fin, a eso se resume todo. Mentiras, y la vida continúa. Nadie tomará ya ese tren que escuchamos; no se sabe si se acerca o se aleja.
Bajo un árbol inhalas el humo y piensas en la Tierra Prometida. Las diez plagas que has desatado. La destrucción, la poca intensidad que poseen tus actos si no están respaldados por la Violencia. You'll always be my dream come true, pero los sueños se pudren, los sueños estallan en llamas. Y es mejor así.
Elegir el camino difícil. Volutas que siguen elevándose mientras me encojo, me abrazo, me inspiro en mi soledad y no quiero abrazo ni ternura. No quiero nada. Quiero ese último baile con MJ. Quiero martillos entrecruzados. Quiero desfiles. Quiero destruir el Muro para volver a elevarlo, esta vez más alto.
La cuchilla vuelve a pasearse por las curvas de su piel. Una gota. Otra más.