Me ha dejado para siempre, mi efebo satánico, mi ángel de desgracia. Se escapó con su orgullo... ¿Por qué no habrá vuelto calmado, tranquilo, liberado de esa sucia adolescencia? ¿Eh? Podríamos haber sido amigos de nuevo, sin estruendo, sin alboroto... sin pasión.
C. Dabitch & B. Flao - La línea de fuga
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